Según explicó Alejandro Vide, uno de los responsables de esta última, todas las actividades que se desarrollan en él están enfocadas al mundo del teatro y del circo con el fin de que estos niños de entre 8 y 9 años «hagan cosas distintas a las que están acostumbrados y desarrollen otras habilidades como la convivencia, la resolución de conflictos, la autoestima o la superación».

Así, todo lo relacionado con el teatro se llevó a cabo durante la tarde del jueves, concretamente de 17.00 a 20.00 horas, y después, todos ellos participaron en una divertida gymkana nocturna. En ella, según explicó Vide, los estudiantes tenían que encontrar distintas pistas a lo largo del campamento mientras tenían que convivir con los monitores, quienes disfrazados, les ponían a prueba. «Los chicos iban en grupos, sólo con una linterna, y nosotros nos transformamos en unos divertidos personajes, como el loco de las preguntas, para ir saliendo de la oscuridad cuando no lo esperaban para hacérselo todo más complicado y divertido a la vez», comentó entre risas Vide.

Después, ayer por la mañana fue el turno del circo. En colaboración con la Asociación Eivissa Omega, los pequeños, divididos en parejas, realizaron distintos juegos y ejercicios relacionados con este maravilloso mundo practicando malabares, equilibrios e incluso, poniéndose en la piel de los zancudos. «Si con el teatro se lo pasan genial con estos juegos ya ni te digo, y es que todos ellos ponen a prueba su habilidad con pelotas y cariocas, su equilibrio sobre zancos, grandes pelotas o un rulo americano, o su agilidad haciendo cientos de piruetas sobre un aro o una cinta de equilibrio colgada de los árboles», explicó Alejandro Vide.

La idea de este campamento partió de una iniciativa del Consell d'Eivissa para que asociaciones de la isla puedan desarrollar sus iniciativas. Gracias a ella, l'Associació Es Molí d'Eivissa presentó un proyecto con el que han podido hacer felices a niños de los colegios de Sant Jordi, el Pilar de La Mola o Sant Antoni. Y es que como resumió Vide «lo más bonito de todo es que una madre del colegio de Sant Antoni te diga que su hijo se lo pasó tan bien que se le quedó grabado cada prueba de la gymkana o cada ejercicio del módulo del circo».