Una mascota no es un juguete, pero a veces es necesario recordárselo a la población. Por eso, asociaciones como Renace Natura, organizan eventos para mentalizar a la población y concienciarles sobre la defensa de los derechos de los animales. Noemí y Mertxe, organizadoras de la primera jornada de Educación Canina y Convivencia Cívica, que tuvo lugar el domingo en el Palacio de Congresos de Santa Eulària, explicaron la responsabilidad tanto de tener un perro como de renunciar a tenerlo aunque se quiera. «Es tan importante decidir tener un animal como el ser consciente de que no puedes y no tenerlo».
Porque siempre hay que valorar una serie de pros y contras para mentalizarse de todo lo que conlleva, «hay que ser consciente de que si un animal llega a tu familia es para que se quede y forme parte de ella». De lo contrario se dan casos como los que explicaba Miguel Quiñonez de Sa Coma, protectora de animales que desarrolla una labor encomiable potenciado la adopción de perros y gatos sin hogar. «El año pasado recogimos más de 400 perros, aunque tuvimos la suerte de que casi todos o fueron adoptados o se reencontraron con sus dueños porque se habían perdido».
Con esta primera jornada, presentada por Antonia Picó, concejala de Medio Ambiente de Santa Eulària, se pretendía educar a los dueños para que éstos sepan cómo educar a sus perros. Por ello, contaron con la colaboración de un etólogo canino, Carmelo Mulero, especializado en temas de comportamiento, que esclareció dudas y enseñó la importancia de educar en positivo. «La educación canina tradicional se impartía mediante el castigo, pero desde hace tiempo también se viene aplicando la educación en positivo cuya diferencia fundamental es que a los perros se les premia, con lo que están más tranquilos y aprenden más rápidamente porque su nivel de estrés es más bajo».
Ante los asistentes se realizó, entonces, una prueba de muestra con unos cuantos perros a los que les enseñó a sentarse, siendo después premiados, lo que demostró la buena respuesta que tiene esta técnica. Además, también se desmintieron algunos falsos mitos como, por ejemplo, que todas las perras deben parir al menos una vez, «cuando lo que consigue muchas veces son camadas no deseadas y que abandonan», añadía Noemí. Este fue el caso de la camada de cachorros Juan XXIII, bautizada así porque fueron encontrados en un contenedor de basura enfrente del colegio homónimo, cuando aún tenían el cordón umbilical. Éstos fueron recogidos, consiguiendo salvarse cuatro de los cinco encontrados. «Otros muchos no tienen tanta suerte por eso hay que hacerse por eso hay que hacer eco de estas noticias», concluyó Mertxe.
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