De esta manera, se daba comienzo la X edición de esta fiesta, ya mítica en el municipio, que cada año congrega a más personas: «Creo que para el año que viene deberían agrandar la carpa, que se está quedando pequeña y no cabemos todos», comentó uno de los asistentes con look ochentero. Y es que, en esta ocasión, tocaba cambiar las flores coloridas, las gafas grandes y las melenas rizadas y largas, por cardados de la época, tutús de tul, calentadores y mallas ajustadas.
Un público bastante internacional que acabó rendido a los estampados chillones y a los maquillajes exagerados para competir por el premio al mejor disfraz de la noche, como en los años anteriores. Y aunque si bien es cierto que el look de calle fue lo que más triunfó, también hubo un Freddie Mercury y un Prince bastante conseguidos, por no hablar de algún que otro superhéroe que se vistió de Batman y Iron Man, pertenecientes a otra década y que desentonaban un poco. Otros, de mayor apogeo ochentero como Superman, Mazinger Z y Super Coco, tuvieron incluso su propio photocall.
Tampoco faltaron los estilos punks ni las chaquetas de cuero negro para hacer honor a las bandas de rock de la época como el mítico Queen o Metallica pasando por grupos españoles como Héroes del Silencio que estuvieron Entre dos tierras una noche más o Alaska con sus Pegamoides a ritmo de Bailando, que hizo mover la pierna, el pie, la tibia y el peroné de los asistentes. Sin olvidar éxitos de Grease con su Greased Lightnin y otros de Sufre mamón, Walking on Sunshine, Venus, What a feeling.
También hubo algún sonido de los noventa de la mano de Estopa, pero para qué engañarnos, la Movida es principalmente ochentera, de hecho alguno echó en falta algún clásico más de esa época, «siempre me lo paso genial, pero echo de menos algún clásico más de los 80», decía Cristina, que iba con su grupo de amigos.
Como directores de orquesta un año más sus promotores, dj Vázquez y dj Petit, que pincharon enfundados en trajes de esqueletos y, junto a ellos, las actuaciones en directo de Passion Dance, Marcos Penshow Company, además del guitarrista electrónico Joan Barbé y el saxofonista Wayabb Sax. Una buena despedida del siglo XX que no dice adiós sino hasta el año próximo.
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