Josep Maria Flotats.

El prestigioso director y actor teatral Josep María Flotats (Barcelona, 12 de enero de 1939) vuelve a la actualidad con su nuevo montaje Ser-ho o no. Per acabar amb la qüestió jueva. Con 22 estrenos en España a sus espaldas desde que participó en 1957 en el Teatre Guimerà de Barcelona con la compañía Lluís Orduna en la obra Les maletes del Senyor Bernet de Claude Magnier, este «joven» que acaba de cumplir 76 años es uno de los imprescindibles de la escena de España y Francia, país donde ha participado, ni más ni menos, que en 37 obras.

Galardonado con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya, la Orden de las Artes y las Letras del gobierno francés y la Legión de Honor Impuesta por el expresidente de la República Francesa, François Miterrand, Flotats sigue con los pies en la tierra. Asegura, días antes de presentar en Eivissa este trabajo que dirige y protagoniza junto a Arnau Puig, que es «un superviviente del mundo del teatro» y repasa sin complejos todo lo que pasa a su alrededor. No en vano, el argumento de Ser-ho o no. Per acabar amb la qüestió jueva no podría ser más actual.

—Vuelve a Eivissa. Ya ha estado aquí varias veces. ¿Se siente casi como en casa en nuestra isla?
—Casi que sí. He actuado en cuatro o cinco ocasiones aquí y siempre fue genial porque el público es muy cálido y acogedor.

—¿Es la primera vez que actúa en Can Ventosa?
—No. Es un lugar que me gusta mucho pero es una sala pequeña que desgraciadamente tiene una serie de limitaciones que reduce sus posibilidades. Y a la larga esto también es un problema para traer obras de teatro en los que sea necesario un montaje más amplio.

—Es una pena, pero en la isla tenemos un déficit de espacios teatrales...
—La verdad que sí. A ver cuando terminan las obras del Teatro Pereyra. Ese sí que sería un magnífico escenario, con una gran solera, y en pleno casco histórico de la ciudad.

—Siento decirle que aún queda mucho para que se termine.
—Eso me han dicho. ¿De quien es el problema? ¿Del Ayuntamiento de la ciudad o del propietario? Por favor, un edificio cultural tan importante, con tanta historia y tantas posibilidades, no puede estar tanto tiempo cerrado. 

—Pues a ver si usted, con su prestigio, puede hacer algo.
—(risas). No se. Pero le garantizo que lo primero que haré cuando sea alcalde de Eivissa es agilizar los trámites para solucionar el tema (risas).

—Ya me ha ganado para su causa. ¿Qué tiene Ser-ho o no. Per acabar amb la qüestió jueva que la hace tan especial?. 
—Su cercanía con el público. Es una conversación entre dos vecinos que se encuentran a menudo en el rellano de la escalera y que a priori son muy distintos. A partir de ahí, con el humor como pretexto, se crea entre ellos una relación de amistad y ternura que no deja indiferente a nadie.

—¿Tambien nos hace reflexionar?
—Claro que sí. A partir de la ignorancia que todo ser humano tiene, cuando uno de los vecinos descubre que el otro es judío a través de Internet, se abordan temas como el conflicto que se vive en Israel. Pero todo desde una perspectiva reconciliadora. Esto es lo más importante de la obra para mí, transmitir la idea de que siempre hablando se entiende la gente.

—Precisamente el autor original de la obra, el conocidísimo dramaturgo francés Jean-Claude Grumberg sabe mucho de la situación que han vivido los judíos desde la Segunda Guerra Mundial... 
—Sí. Grumberg es un autor de mi generación al que tengo el privilegio de considerar como mi amigo y que tuvo la desgracia de ver como sus padres desaparecían rumbo a los campos de concentración nazis. Sin embargo, en todas sus obras siempre ha tratado el tema con normalidad y desde un punto de vista de humor.

—También desde un punto de vista muy crítico.
—Eso es lo que le hace tan especial. Jean-Claude siempre hace reir y luego reflexionar y, para mí, lo mejor es que nunca pierde ese punto de «mala baba». Por eso, cuando en un viaje reciente a París me regaló este texto que acababa de escribir no me lo pensé dos veces y le dije que haría un montaje con él. No podía desaprovechar una oportunidad como esta.

—Un montaje más en su trayectoria. Si he contado bien cuando me documentaba creo que sólo en España ha participado en más de 20 obras de teatro. ¿Es un referente?
—No, sólo un superviviente del mundo del teatro.

—¿Tan mal está este mundo?
—Le diré lo mismo que seguramente le dirían mis compañeros de trabajo. Hemos pasado años verdaderamente duros gracias a la genial idea de querer aplicarnos el 21% de IVA. Tanto es así que muchas compañías pequeñas han tenido que cerrar y yo mismo he pasado verdaderas dificultades. Lo que no puede ser es que se nos ponga un impuesto como si fuéramos un bien de lujo. No, el teatro es algo básico en nuestra sociedad.

—La última. La obra se representa en catalán. ¿La pasarán al castellano? 
—Se representa en catalán porque fue pensada para hacerse en Barcelona y en lugares donde se habla este idioma. Pero sí, claro, cuando vayamos a la Península de gira se hará en castellano. Los radicalismos son una tontería.

—¿Pero eso supone doble trabajo no? 
—Más del que se cree (risas). Pero el problema no está en transformar el texto original sino en que los actores cambien en el chip de lo que han memorizado. Pero en fin, saldremos adelante como tantas y tantas veces.

LA CITA

Estreno. ‘Ser-ho o no' representa el sábado a las 21.30 horas en Can Ventosa. Las entradas cuestan 22 euros en taquilla y 20 euros en venta anticipada.