Se trata de una serie de piezas de cerámica que se pudieron ver en el pequeño pero efectivo espacio que tiene abierto el Ayuntamiento de Eivissa desde el año 2002 en la calle Aubarca número 22. Un espacio que se creó, precisamente, con el fin de «poder clasificar y tratar la cantidad ingente de material que se ha ido encontrando a lo largo de todos estos últimos años en obras que se han realizado en todo el conjunto histórico, el extrarradio de la ciudad de Eivissa y el Pla de Vila».
Los encargados de llevar a cabo este trabajo de clasificación y tratamiento han sido Andrea Torres y Javier Aragoneses, dos afortunados que han pasado cerca de 300 horas trabajando con ellas. Concretamente su labor comenzó el 7 de septiembre y se ha repartido entre este centro de la calle Aubarca y la excavación de Sa Bodega, donde han participado a lo largo de una semana.
Distintos períodos
Según explicó Rosa Gurrea, todas las piezas que han sido encontradas y que ayer se presentaron en sociedad «corresponden a estructuras de casas de época púnica, fechadas en la primera mitad del siglo VI a.C, lo que es muy novedoso para Eivissa, fenicia, del V, IV y III a.C. y de un cementerio islámico muy posterior, del siglo XI de nuestra era».
En este sentido, la mayor parte de los fragmentos encontrados provienen de productos de uso común en la época y se pueden ver encima de las mesas. Otras, por su parte, están guardadas dentro de un pequeño armario. Así por ejemplo, en su interior se pueden encontrar joyas como una patera del siglo I d.C muy bien conservada y que «era de terra sigilata, muy común entre los yacimientos porque tuvo mucha difusión en la antiguedad» y otra cerámica gris de paredes finas y de producción local de la misma época.
Pero no es lo único de gran valor. En una sala anexa, tanto Rosa Gurrea como Andrea y Javier enseñaron otros restos de época púnica. De entre ellos destacan fragmentos de cerámica atica de importación, fechados en el siglo V a.C. que han sido encontrados juntos a ánforas y morteros de producción local que acompañaban al contexto de una pieza en forma de gallo que ya está expuesta en las instalaciones del Museu d'Art Contemporani d'Eivissa.
Ahora y una vez que se haya terminado de catalogar todas las piezas éstas se trasladarán hasta el Consell d'Eivissa y posteriormente éste las remitirá al Museu Arqueològic d'Eivissa, quien finalmente decidirá que hacer con ellas y cual será su ubicación definitiva.
Mientras, de forma paralela, otros de los fragmentos se enviarán al MACE, para que puedan ser expuestas como ya se hace con los restos que se pueden ver en la sala menos dos del museo. E, incluso, el Ayuntamiento aseguró ayer que no descarta realizar una exposición especial para «dar a conocer estos importantes hallazgos arqueológicos a todos los ciudadanos».
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