La pintora alemana, que vive y trabaja entre las ciudades alemanas de Frankfurt y Main, y Sant Carles, se formó hace más de treinta años en Nueva York y, desde entonces, se ha convertido en una habitual de exposiciones tanto individuales como colectivas, fundamentalmente en su país natal.
Además, a lo largo de su carrera ha seguido mejorando su técnica gracias a su participación en cursos de artistas renombrados como los hermanos chinos Zhou, el pintor alemán Markus Lüpertz, y en la universidad estadounidense de Parson, en Nueva York.
En esta ocasión, la exposición De viaje en Ibiza muestra un viaje en el que se repite lo que ha sido una constante en su trayectoria, la visualización en sus cuadros de diferentes conceptos, pero siempre con el mismo tema, la relación entre la naturaleza y el cuerpo.
Concretamente, esta vez son las naranjas, las casitas, los cactus, algunos nadadores o panoramas que, en un momento por la mañana o por la noche, ofrecen una luz muy especial. Y es que a través del elemento gráfico y el contraste entre las líneas claras y oscuras y el giro a formas naturales, Cornelia Povel expone un lenguaje de formas orgánicas en partes abstractas mientras que los colores intensos expresan su alegría de vivir.
En este sentido, para su trabajo la artista alemana utiliza tanto lienzo como también papel muy fino, el cual lo trabaja generalmente con acrílico y gris. Incluso, desde hace poco, trabaja en Eivissa con una técnica nueva, aplicando ceniza de olivo en sus cuadros.
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