La sentencia ha desestimado el recurso de apelación contra la sentencia condenatoria dictada en 2016 por la titular del juzgado de lo Penal número 1 de Ibiza.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha ratificado la condena contra un vecino de Ibiza que fue condenado a dos años, tres meses y un día de prisión, así como tres años y medio sin permiso de conducir por provocar un accidente que dejó gravemente herida a otra conductora, resistiéndose y desobediciendo a los agentes que le reclamaron para hacerle el test de alcoholemia.

Según informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de las Illes Balears, el tribunal ha desestimado el recurso de apelación contra la sentencia dictada por el juzgado de lo Penal número 1 de Ibiza, sentencia que condenaba a M.P., de 48 años y nacionalidad argentina, por los delitos de conducción bajo la influencia del alcohol, lesiones, resistencia y desobediencia grave a los agentes de la autoridad.

Según el relato de los hechos, la noche del 21 de febrero de 2014, el condenado conducía un todoterreno por la C-733 (Ibiza-Portinatx) cuando embistió al coche que le precedía y que se había detenido a la altura de un ceda el paso. Como consecuencia del accidente, la conductora del otro vehículo, una mujer de 50 años, sufrió traumatismo craneoencefálico severo, edema cerebral y otras lesiones que conllevaron un primer ingreso en la UCI de Can Misses y posteriormente su traslado a Son Espases.

Las lesiones le causaron una serie de secuelas e importantes perjuicios estéticos. Todos estos hechos quedaron recogidos en la primera sentencia y la víctima fue indemnizada por ello.

La sentencia también indicaba que el acusado presentaba «síntomas evidentes de intoxicación etílica» y relata que al ser reclamado para la realización de la prueba de alcoholemia tuvo que ser ayudado por los agentes ya que «era incapaz de mantenerse en pie». Fue en ese momento cuando el acusado se negó a la realización de las pruebas alegando que le iban «a arruinar la vida, vengo de cenar con mi jefe, no sabes con quién estás hablando (...) sois unos cabrones que me queréis pegar». Ante esta actitud, los agentes le pidieron que bajase del furgón de atestados, momento en el que empezó a «lanzar golpes». Finalmente, entre seis agentes lograron reducirlo y engrilletarlo. Durante el forcejeo causó lesiones a dos guardias civiles.

Tras esta sentencia, la defensa del acusado solicitó la nulidad de la misma y del juicio oral ya que, según argumentó, había sido vulnerado el principio de presunción de inocencia, un recurso de apelación que ha sido desestimado por la Audiencia Provincial.