Wall estaba escribiendo la historia de Madsen y desapareció cuando le hacía unas preguntas el 10 de agosto en un submarino que había fabricado el inventor, aunque Madsen niega haberla matado.
Las pruebas realizadas al torso, que encontró un ciclista el lunes, han revelado que el cuerpo sufrió daños que sugieren «que se intentó que el cuerpo no tuviese nada de aire ni gas dentro para que no pudiese ascender del fondo del mar», según ha manifestado Jens Moller, un portavoz de la Policía.
Moller ha explicado que «también había restos de metal pegados al cuerpo, para asegurarse de que el cuerpo se quedaría en el lecho marino».
Los brazos, las piernas y la cabeza fueron separadas del torso. Los análisis han demostrado coincidencias con el ADN de Wall, que la Policía había recogido de su cepillo de dientes, su peine y sangre que encontraron en el submarino, ha añadido Moller.
Sin embargo, la Policía no sabe todavía cuáles son las causas de la muerte y están buscando el resto de partes del cuerpo de la periodista.
Madsen sostuvo en un principio que dejó a la periodista sana y salva en la capital danesa, pero más tarde el inventor cambió su versión, y alegó ante el juez que la periodista murió por causas naturales en el submarino y que él la arrojó por la borda.
La abogada del inventor, Betina Hald Engmak, ha declarado a los medios daneses que Madsen sostiene que Wall había muerto a causa de un accidente en el submarino.
El acusado fue rescatado de su submarino 'UCR Nautilus', que había naufragado, un día después de la entrevista con Wall. La Policía no encontró a nadie más a bordo.
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