«Siempre hemos tenido esperanza. En ningún momento pensamos que era el final», dijo Miguel, después de pasar un chequeo en el hospital Gleneagles de la ciudad de Kota Kinabalu, en el estado de Sabah, en el noreste de Malasia.
Miguel y Hernández, junto a la malasia Armella Ali Hassan, y el chino Tommy Lam, que viajaban con ellos, fueron rescatados por pescadores vietnamitas en aguas del Mar de China Meridional, a unos 370 kilómetros al oeste del lugar del que desaparecieron.
Los cuatro viajaban en un barco de 12 metros de eslora de la isla de Balambangan a Kudat, en Sabah, un trayecto que se recorre en unas dos horas, cuando una ola les hizo volcar, estropeó el motor y les dejo a la deriva arrastrados por la corriente.
«Los tres primeros días veíamos la costa de lejos pero luego hasta el séptimo dejamos de verla», explicó Miguel, horas después de pisar tierra firme.
Las buenas condiciones climatológicas, un mar tranquilo y peces que saltaban dentro de la barca les ayudaron a sobrevivir más de una semana hasta que fueron rescatados por un pesquero vietnamita nueve días después.
«El mar es implacable pero también fue generoso con nosotros», dijo Hernández.
Los dos madrileños vivían desde el pasado enero en Malasia, donde finalmente se establecieron en Borneo en busca de oportunidades.
Desde febrero residían en Tip of Borneo, en el extremo más septentrional de la isla, y trabajaban en el complejo hotelero Tommy's Place a cambio de alojamiento y comida.
Él es electricista y se encargaba del mantenimiento y ella, especialista en comunicación, se encargaba de la gestión del complejo.
El distrito y la ciudad de Kudat se encuentra en la punta más septentrional de Borneo, donde confluyen el mar de Joló y el mar de China Meridional.
6 comentarios
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... trabajar en el otro confín del mundo a cambio de comida y alojamiento... está visto que la crisis está tocando fondo y ya nos agarramos a lo que haya como sea...
Vaya ventura! Una historia que contarán mil y una vez. Me alegro que acabara bien.
Parece ser que no cometieron una imprudencia, simplemente una ola les hizo volcar. El seguro de la embarcación no se hace cargo en estos casos de pagar el rescate, por ejemplo?
Totalmente de acuerdo contigo. Han dicho por la tele que no han escarmentado y emprenderán nuevas aventuras. Una persona se puede equivocar por ignorancia y es, a mi entender, comprensible pero tentar a la suerte es cabezonería, por decirlo de una manera fina.
Para ser justos deberían de pagar los costes de la búsqueda ya que no tenemos por qué pagar todos los españoles sus imprudencias en los lejanos mares de oriente.
Increíble historia con final feliz, esta vez el mar fué compasivo, él es el que decide y esta vez decidió protegerlos. Ojalá todas las noticias que leemos en los periódicos tuvieran un final similar a este, que pese al mal trago, te dejan con una sonrisa en la cara.