La Sección Quince de la Audiencia Provincial de Madrid juzga el próximo miércoles al hombre que el 19 de diciembre de 2014 estrelló su vehículo a gran velocidad contra la sede del PP, con un artefacto explosivo-incendiario que no llegó a estallar, y que se enfrenta a seis años de prisión.
Se trata de Daniel Pérez, que será procesado por la comisión de un delito de tenencia y fabricación de artefacto explosivo-incendiario, en concurso con un delito de incendio en grado de tentativa, han informado fuentes jurídicas.
Al respecto, la Fiscalía pide en su escrito de acusación seis años de cárcel mientras que la representación legal del PP eleva su petición hasta los nueve años de prisión. Además, ambas partes solicitan que el procesado indemnice al partido con 41.024 euros.
En su escrito, la Fiscalía asegura que en torno a marzo de 2014 el acusado, de 37 años, consiguió poco a poco los materiales necesarios para confeccionar un artefacto mixto explosivo-incendiario de fabricación casera.
Dicho artefacto estaba compuesto por un sistema de activación temporizado, un interruptor, un seguro que permitía el paro de emergencia, un sistema de iniciación eléctrico que contenía clorato potásico, una batería, un circuito eléctrico, una carga principal que contenía urea y un fuerte olor a combustible, dos bombonas de gas butano y dos cajas con cadenas de nieve para ser utilizadas como metralla. Además había una garrafa de gasolina de 3,5 litros.
El procesado lo cargó en el maletero del coche la víspera del ataque con la intención de hacerlo explotar, afirma el texto.
Para ello, condujo la madrugada del 19 de diciembre desde su localidad natal de Bronchales (Teruel) hasta Madrid, donde llegó en torno a las 06.30 horas para dirigirse a la calle Génova.
Fue entonces, según el relato del fiscal, cuando enfiló deliberadamente el edificio de la sede central del PP, y a una velocidad considerable estrelló su vehículo contra la reja de la entrada, que en ese momento se encontraba cerrada, con tal agresividad, que se introdujo con el coche hasta el interior del edificio, quedando inmovilizado en el vestíbulo.
El procesado pretendía explosionar el artefacto que llevaba en el interior de automóvil y con ello provocar el incendio de la sede, donde en aquel momento había seis personas trabajando -cuatro vigilantes de seguridad, la señora de la limpieza y un ordenanza-. No obstante, el artefacto no llegó a activarse.
Según el fiscal, el acusado era consciente de que con su acción podía causar no solo daños materiales sino que ponía en riesgo la integridad de las personas. El suceso no causó heridos, aunque sí daños materiales valorados en más de 41.000 euros.
Pérez fue reducido y detenido por la Policía inmediatamente. En su declaración ante la juez, reconoció los hechos, pidió perdón por ellos y aseguró que no quería causar daño a nadie aunque dijo que no estaba de acuerdo con la calificación del incidente.
«Pido perdón. No tenía intención de hacer daño a nadie», señaló a la magistrada, según explicaron fuentes jurídicas que precisaron que el acusado sólo quería «notoriedad personal, sin más», y fue «muy consciente» de lo que hacía, motivado por la situación política general y su situación particular de desempleado.
Daniel Pérez, que se encuentra en prisión provisional comunicada y sin fianza desde el 20 de diciembre de 2014, sufre un trastorno mixto de la personalidad con características inmaduras y paranoides con impulsos pueriles.
Ahora bien, el fiscal subraya en su escrito que tanto en los hechos como en su planificación, el procesado era consciente de las consecuencias de sus actos.
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