En la segunda sesión del juicio con jurado que se sigue en la Audiencia de Bizkaia, esta mañana han declarado diez testigos, entre ellos una amiga de la víctima y del acusado, Itziar, que ha coincidido con los hermanos del actor en destacar que Jon E. era muy celoso y que la relación de la pareja era «rara».
«No me parecía una relación sana» y el perjudicado era Koldo Losada, ha indicado tras recordar que en alguna ocasión le animó a separarse de su marido, pero el actor le respondía que no lo haría «nunca» porque Jon E. era su familia.
Esa íntima amiga del matrimonio ha recordado que la tarde del 19 de noviembre de 2014, preocupada por el paradero de Koldo Losada, que no contestaba al teléfono, y tras averiguar que no se encontraba donde decía el acusado, viajó desde San Sebastián hasta el domicilio de la pareja en Bilbao.
El acusado había salido de copas con unas amigas comunes y les había dicho que sufría una enfermedad terminal y que le quedaba un mes de vida, así que «muy preocupada» por ambos, llegó hasta la calle Lersundi, donde vivía la pareja, y unas amigas le comunicaron que habían encontrado el cadáver de Koldo Losada.
Cerca del portal, los sanitarios de una ambulancia atendían a Jon E. porque había bebido alcohol y al salir de la ambulancia, agentes de la Ertzaintza le introdujeron en un coche patrulla donde la testigo se sentó junto a él y le preguntó qué había hecho.
«Mátame, por favor. Mátame», le pidió el acusado a su amiga, quien ha opinado que en ese momento «Jon sabía perfectamente que estaba dentro de un coche de policía» y lo que había pasado, y que al verle, le reconoció sin problema.
La testigo ha asegurado que en ese momento observó que Jon E. llevaba una mancha de sangre en el pantalón.
Esa amiga de la pareja ha indicado que el acusado «estaba muy orgulloso de haber dejado de beber», después de años con problemas con el alcohol, y que hacía años que no le había visto borracho ni le había visto nunca con esos lapsus de memoria que Jon E. dijo tener sobre el día del crimen y que son base de la argumentación de la defensa.
Tanto Itziar como los hermanos de la víctima, dos de los cuales, Begoña e Íñigo, han comparecido también hoy como testigos, además de la productora teatral Garbiñe Losada, que declaró ayer, han manifestado que semanas antes de los hechos Jon E. había asegurado tener problemas graves de salud y el día del crimen, toda la familia y amigos aguardaban los resultados de unas supuestas pruebas médicas.
El acusado, en su declaración al inicio del juicio, dijo no saber «de dónde había salido eso» de que estuviera gravemente enfermo.
Pero nuevamente los testigos han contradicho al acusado ya que los hermanos de la víctima han recordado que dio numerosos detalles de una supuesta biopsia de un pulmón que le iban a practicar y que este tema tenía muy angustiado a Koldo Losada, quien se lamentaba por no poderle acompañar al médico por estar trabajando.
El actor César Peraita, que había hecho con Koldo Losada la gira de la obra de teatro «El nombre de la rosa», ha explicado que su compañero de reparto estaba muy preocupado por su marido y «se sentía culpable» por no poder estar con él en esas consultas.
Varios testigos han explicado que dos días antes de morir, Koldo Losada les dijo sentirse enfermo. «Me duermo por las esquinas y me encuentro muy débil», dijo a su amiga de San Sebastián pero lo achacó a una comida que, según le había explicado Jon E., podría estar en mal estado.
La acusación sostiene que el acusado había ido administrando tranquilizantes e hipnóticos a la víctima hasta lograr que el día de autos quedara adormecido y así asegurarse de que no iba a poder defenderse de su ataque.
El actor Koldo Losada, conocido por su participación en numerosas series de televisión como «Águila Roja» y «Cuéntame», murió en noviembre de 2014, tras haber recibido varios golpes en la cabeza con un objeto contundente.
Jon E. regentaba el bar «La Gallina Ciega» en Bilbao y el dueño del local ha asegurado hoy que le debía el alquiler de unos seis meses y que también había dejado de pagar el agua y la luz del establecimiento, frente a la versión del acusado que aseguró que el negocio iba bien y que solo tenía «las deudas normales».
A sus allegados les había dicho que estaba cerrado por orden del ayuntamiento tras una denuncia por ruidos, pero que iba a reabrirlo.
Sin embargo, la tarde de los hechos, Jon E. subió a una red social una foto suya de aspecto tétrico, con la cara maquillada como un joker y la frase: «La gallina ciega comenzó sin ruido y así se va. Gracias por todo lo que nos habéis regalado».
El juicio continuará mañana con más testigos de la defensa y después declararán los agentes de la Ertzaintza que intervinieron tras el asesinato.
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