El siniestro se desencadenó cuando la embarcación, de unos 10 metros de eslora, se acercó más de los debido a la orilla y la hélice y parte del casco impactó contra unas rocas.
Poco a poco la lancha fue sumergiéndose y en las aguas de la cala «empezaba a verse una mancha de combustible» apuntó a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA uno de los bañistas que presenció el accidente.
La zona derecha de la cala quedó cerrada al baño a media tarde. «El olor a combustible era cada vez más fuerte», añadieron otras bañistas que no se resignaron a perder una tarde de playa y se desplazaron hacia el otro margen de la cala donde están ubicados unas atracciones infantiles.
Los servicios técnicos instalaronjunto a la orilla una señal que indicaba la prohibición al baño en una zona perimetrada por las boyas de señalización.
Con el paso de las horas el barco fue sumergiéndose y el olor era más persistente y el vertido de fuel se hacía más visible.
Técnicos medioambientales recogieron diversas muestras de agua para analizar el índice de contaminación y la zona perimetrada quedó cerrada hasta hoy.
Los trabajos para recuperar la embarcación se deberán reenprender hoy.
«Es una atracción más que nos da la playa y los niños se divierten haciendo fotografías con el móvil» apuntó una de las últimas bañistas que sólo lamentaba el molesto olor a gasolina.
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