Las autoridades también indicaron que se trata de localizar unas fuertes señales acústicas procedentes del fondo marino que podrían pertenecer a las cajas negras de la aeronave.
Cuando se cumple las dos semanas del accidente del avión, los barcos desplegados en mar de Java rastrean el fondo marino vía sonar donde tienen localizados al menos seis grandes objetos metálicos sin identificar.
Los equipos centran sus esfuerzos en uno de los restos, de 10 metros de longitud por 4 de anchura, que podrían pertenecer al cuerpo del Airbus 320-200 de la compañía de bajo coste.
Las adversas condiciones meteorológicas y las fuertes corrientes marinas de la zona obligan a los buzos a permanecer a la espera para sumergirse y confirmar visualmente que los restos detectados pertenecen al cuerpo del avión siniestrado.
De las 162 personas que viajan a bordo, hasta la fecha los equipos de rescate han recobrado 48 cadáveres, de los cuales 32 han sido identificados.
«Esperemos que hoy se consigan avances importantes y podamos encontrar la parte principal del fuselaje. Es importante para nosotros recuperar a todos nuestros pasajeros», señaló Tony Fernandes, consejero delegado de AirAsia, en su cuenta de Twitter.
Por otro lado, Ridwan Jamaluddin, portavoz del equipo de búsqueda, declaró al canal «Metro TV» que tres barcos captaron durante la jornada del sábado una serie de sonidos que podrían proceder de las cajas negras del avión.
Los dispositivos se encontrarían a unos 30 metros de profundidad y dentro de un radio de 4 kilómetros alrededor de la posición final de la sección de cola de la aeronave sacada a flote ayer.
Las autoridades están tratando de establecer la localización exacta de los dispositivos para iniciar la recuperación de los aparatos.
«Queremos creer que las cajas negras han sido encontradas. Pero todavía no está confirmado», remarcó Fernandes.
Las dos cajas negras, que en realidad son de color anaranjado, guardan los registros de las conversaciones en la cabina y los datos de vuelo y son esenciales para conocer qué le sucedió al avión antes de caer al mar.
La parte posterior de la aeronave llegó este domingo al puerto de Kumai, en el suroeste de la isla de Borneo, tras ser trasladada en la cubierta superior de un barco de rescate.
Los expertos analizarán los restos para tratar de aclarar las causas del accidente.
El avión de AirAsia que realizaba el vuelo QZ8501 despegó de Surabaya en la madrugada del 28 de diciembre y tenía previsto aterrizar unas horas más tarde en Singapur, pero se estrelló en el mar de Java unos cuarenta minutos después de partir.
Transportaba tres surcoreanos, un británico, un francés, un malasio, un singapurés y 155 indonesios, entre pasajeros y una tripulación de siete personas.
El piloto llamó a la torre de control en Indonesia cuando sobrevolaba el mar de Java y solicitó permiso para virar a la izquierda y subir desde los 32.000 pies de altitud (9,76 kilómetros) hasta los 38.000 (11,59 kilómetros) para eludir una tormenta.
La torre de control aprobó el viraje en el momento pero cuando unos minutos después llamó al piloto para autorizar el ascenso, aunque solo hasta los 34.000 pies, no pudo establecer contacto.
Los equipos de búsqueda y rescate confirmaron el 31 de diciembre que el avión se había estrellado en el mar.
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