El ministerio público lo acusa de abuso sexual y amenazas sobre esta mujer y reclama una pena total de cuatro años de prisión, tres por el primero de los cargos y uno más por el segundo.
Por su parte, la acusación particular lo acusa por agresión sexual. La representación legal de la denunciante reclama una pena de doce años de cárcel. También se le reclaman dos años más por un presunto delito de maltrato en el ámbito familiar, ya que Ribas Riera y la marroquí vivían juntos, y un año más por más por amenazas graves. En total, la acusación particular reclama quince años de prisión para el acusado, que tiene 65 años de edad.
Una vez en la casa de Sant Jordi, la joven marroquí sufrió abusos sexuales de forma continuada, siempre según la denuncia. En esos meses, le realizó tocamientos por todo el cuerpo «tratando de mantener relaciones sexuales completas por la fuerza e intentando penetrarla, llegando a conseguir introducir parte del pene, siendo retirado por la víctima y eyaculando sobre sus rodillas, sin llegar a desvirgarla por la fuerte resistencia de la misma, y llegando a producirle moratones por todo el cuerpo.
En noviembre de ese mismo año la mujer fue atendida en el hospital por un fuerte dolor en un pecho supuestamente causado por las agresiones del denunciado. También en esa fecha acudió a la Oficina de la Dona, donde recibe atención psicológica desde diciembre de 2002.
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