«¿Cómo voy a hacer una estupidez como esa? He cometido muchos errores en mi vida, he pasado 14 años en la cárcel y llevo casi 25 drogándome pero le puedo prometer que yo no he sido». Esta fue parte de la declaración de A.T.M. acusado de atracar con un cuchillo a un taxista en la calle Canario de Jesús el 13 de septiembre del año pasado.
El Ministerio Fiscal solicita para él cinco años de prisión y una indemnización de 880 euros. Sin embargo, los hechos que ocurrieron en torno a la 01,30 horas de la madrugada no están del todo claros. Tal es así, que el acusado presentó en el juicio de ayer una carta manuscrita en la que explica su versión y asegura que él no tuvo nada que ver.
El abogado defensor de A.T.M., que también lleva una pulsera contra el maltrato que registra cada uno de sus pasos, pidió su libre absolución basándose fundamentalmente en la declaración del taxista atracado, que declaró por videoconferencia no haber visto la cara de su agresor «en ningún momento». Únicamente este hombre, que aseguró haber cogido al acusado en la parada de taxis de Figueretes, en la calle Galicia, para llevarle a Jesus, pudo identificarle por el tipo de ropa. «No pude verle la cara en ningún momento porque entró por la puerta de detrás del conductor y se sentó detrás mío sin que pudiera verle por el retrovisor», explicó el agredido.
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2 comentarios
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Tambien es llamativo el detalle del defensor que porta una pulsera GPS para lo mismo que el acusado. Puede moralmente alguien con esa pulsera ser defensor de algo? Inspira confianza que nos defienda alguien que está condenado?
Este delincuente pretende que nos creamos que los delincuentes solo delinquen cuando no tienen dinero. Su pulsera ha corroborado el recorrido descrito por el taxista, su presencia en el lugar de los hechos también es una prueba bastante clara y que no se le encontraron ni el dinero ni el cuchillo solo demuestran que él no es novato en el mundo del delito y sabe que esas pruebas hay que hacerlas desaparecer. Veremos la sentencia, pero tal como está la ley este desgraciado delincuente proviniente de familia pudiente se irá de rositas y el taxista se quedará con el tremendo susto de sentir un cuchillo en su garganta y con la perdida de su dinero.