s Casi siete días. Cerca de una semana han tardado en desaparecer las goteras que se generaron a consecuencia de las lluvias del martes de la pasada semana.

Las trombas de agua del martes pasado causaron goteras en la cuarta y última planta del edificio Cetis (Centro Intermodal y de Servicios), donde se encuentra la Fiscalía de Eivissa, de forma que los pasillos y algunos de los despachos quedaron encharcados y se tuvieron que emplear cubos y cartones.

A consecuencia de estas y otras razones, arrecian de nuevo las críticas por la mala calidad de la construcción de este polémico edificio de nueva planta, donde los funcionarios se quejan en invierno de que tienen que trabajar con frío y en verano con calor porque la temperatura no se puede regular por despachos, ni siquiera por plantas, sino que es común para todo el inmueble, donde sólo funciona uno de los dos ascensores y lo hace con una gran lentidud, donde las escaleras están sucias porque, según denuncian algunos funcionarios, no se limpian, donde los archivos se acumulan en los pasillos porque la Gerencia Territorial de Justicia no ordena que sean retirados y donde no existe ningún tipo de medida de seguridad a excepción del vigilante de la puerta. De hecho, cuando por primera vez se consideró el traslado de una parte de los juzgados a este edificio de forma provisional, el Ministerio de Justicia rechazó la posibilidad porque no cumple las medidas de seguridad que requieren las oficinas judiciales.

Las primeras críticas

Ya en enero del año pasado, cuando se trasladaron los Juzgados de Primera Instancia y el Registro Civil -después llegó el turno de la Fiscalía y de la Policía Local de Vila, así como de otros servicios municipales- surgieron las primeras críticas, coincidiendo con las primeras lluvias. Sobre la mesa del despacho de una secretaria judicial, en la segunda planta hubo que colocar un cubo para recoger el agua de una gran gotera. También las hubo entonces en la cuarta planta, donde entonces estaba el Decanato y ahora está la Fiscalía. «¿Cómo es posible que haya estas goteras en un edificio nuevo?», se preguntó un funcionaria. «Aun así», recalcó una funcionaria, «que quede muy claro que aquí estamos mejor que en el edificio de Isidor Macabich».

En los sótanos del viejo inmueble de Isidor Macabich han llegado a acumularse hasta más de veinte centímetros de agua cuando llueve con fuerza.