Los funcionarios del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Eivissa , el juez titular de éste y una fiscal tuvieron que hacer ayer uso de mascarillas y guantes después de que la policía llevara a un detenido que había padecido tuberculosis y que podría tener un brote. El acusado, que también usó mascarilla durante la comparecencia, permaneció en un calabozo que luego sería utilizado por otros detenidos, hecho que provocó la intranquilidad en todo el edificio.
Todas las fuentes conocedoras del caso indicaron que, ante la ausencia de un protocolo de actuación ante estos casos, se utilizó material profiláctico que había en la Forensía y se siguieron los consejos que prescribe Sanidad. Entre éstos, además de que se usaran máscaras y guantes, se recomendó que se hicieran todas las gestiones con ambientes muy aireados. Todo ello pese a que el afectado recibió el alta médica en 2010.
En el caso de los calabozos, la estancia del detenido se realizó con el acusado dentro de una celda, custodiado en el exterior por la policía, pero con la puertas abiertas de la planta donde se ubican los calabozos.
La comparecencia del detenido en el Juzgado de Violencia, que respondía de haber golpeado a su expareja y de haber quebrantado una orden de alejamiento, se produjo en dos ocasiones, por lo que hubo que repetir sendas veces los procedimientos profilácticos.
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