El juzgado de guardia ha dictado una orden de alejamiento que intentará impedir a un hombre acercarse a una mujer que le ha denunciado por una presunta agresión sexual.

El acusado, tras declarar en el juzgado, quedó en libertad mientras se llama a la mujer para que también declare ante el juez, después de que ya lo hiciera en el cuartel de la Guardia Civil de Sant Antoni, ante cuyos agentes denunció al hombre por agresión sexual. Allí en el cuartel pasó el denunciado una noche.

El hombre dijo ante el juez que él y la denunciante son amantes pese a que ella tiene pareja estable, que recientemente tuvieron relaciones sexuales, como las han tenido en otras ocasiones, y que él decidió poner fin a la relación, algo que, según el relato del hombre, ella no ha sabido encajar.

Versiones

El denunciado hizo saber al juez de guardia sus sospechas acerca de que la mujer le haya denunciado precisamente por la decisión de él de acabar con la relación.

Según la versión que la mujer ofreció ante la Guardia Civil, ella acudió a un piso de Sant Antoni en compañía del denunciado porque éste le dijo que allí había una fiesta.

Una vez que llegaron allí se dio cuenta de que no había ninguna celebración.

Sin embargo, siempre según la versión de la denunciante, él la obligó por la fuerza a mantener relaciones sexuales. Después cada uno se fue por su lado, pero ella, y en esto coinciden tanto la versión de la mujer a la Guardia Civil como la del hombre al juez de guardia, acudió a la casa de él.

Después la mujer se dirigió al cuartel de la Guardia Civil de Sant Antoni para interponer la denuncia. Fuentes judiciales señalaron ayer que la versión ofrecida por el denunciado resulta coherente, una información que queda reforzada por el hecho de que el hombre, que es de nacionalidad ecuatoriana, quedara en libertad después de declarar en el juzgado de guardia.