Un presunto robo de 3.000 euros en una casa de sa Penya acabó con dos detenidos y una persecución de decenas de personas de un mismo clan hacia el cuñado de quien la turba consideraba autor del robo, un asunto casi inescrutable al que ayer se tuvieron que enfrentar el fiscal y el juez de guardia.

Los dos detenidos, madre e hijo, quedaron en libertad provisional.

La historia comienza cuando una familia de sa Penya descubre que les han robado 3.000 euros de su casa y escuchan que otro residente del barrio había comentado que había logrado un botín de esta cantidad en un trabajo en Platja den Bossa, según fuentes judiciales.

Todo indica que los allegados de la familia a la que supuestamente habían robado los 3.000 euros persiguieron con palos y puños de hierro al cuñado del sospechoso de haber sustraído el dinero, que se refugió en su casa, en la que también estaba el objeto de las iras de la turba.

Cuando los agentes del Cuerpo Nacional de Policía llegaron al lugar en el que se produjeron los hechos ya no quedaba nada, sino tan sólo un tubo con el que supuestamente el grupo amenazó al cuñado, que sufrió lesiones de carácter leve.