Un año de cárcel y dos años sin poder contactar ni acercarse a su ex novia y a la hermana de ésta. Ésta ha sido la decisión de la juez Martina Rodríguez, responsable del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, después de considerar probado que un residente polaco cometió dos delitos tras fracasar una relación sentimental y verter distintas amenazas graves contra ambas víctimas. Las peores las profirió cuando se vio imposibilitado de recuperar un anillo de pedida.

Insultos

La magistrada considera acreditado que el acusado, un hombre de nacionalidad polaca residente en Sant Antoni, «inició una larguísima discusión en el transcurso de la cual, el acusado, en estado sumamente alterado, le dijo a la víctima que le iba a destrozar la vida tras proferirle diversos insultos como respuesta a la decisión de ella de finalizar la relación». Se da la circunstancia de que un día después el vehículo que utilizaba la hermana de la afectada apareció calcinado, hecho del que no se ha podido demostrar ni su origen y, en caso de ser provocado, quién es el responsable.

Cuatro días después, el sospechoso volvió a encontrarse con las afectadas en un bar. Fue entonces cuando exigió que le devolvieran el anillo. Su ex novia le contestó que lo había tirado al mar. «El acusado fuera de sí les dijo a ambas que las iba a matar a la vez que alzaba su mano por encima de sus cabezas con actitud amenazante», recoge el fallo.

La víctima relató que cuando le dijo que lo había arrojado su ex novio le dijo: «Pues tendrás que bucear tú y tu hermana y como no sabéis nadar, os moriréis». El acusado precisó que primero le dijo ella que él era el que iba a tener que bucear. «Se lo pedí porque no era digno de llevarlo. Me costó 250 euros».