Inquietante tesoro el que encontró un vecino de Maó el sábado por la tarde mientras practicaba submarinismo en Cala Corb, en Es Castell. El Servicio Marítimo de la Guardia Civil localizó anteayer gracias a la colaboración del submarinista una bolsa de deporte sumergida en el mar que guardaba en su interior tres armas, al parecer simuladas, con una serie de cartuchos de diverso calibre, pero reales.

Según fuentes oficiales, las armas no son de fabricación antigua y reposaban en el interior de una bolsa, sumergida en la zona ubicada frente al Hotel Hamilton de la localidad. Tras recibir el aviso del vecino de Maó, el Servicio Marítimo de la Guardia Civil extrajo el domingo el material que había detectado el submarinista, que fue analizado ayer por la unidad de Intervención de Armas.

Cartuchos reales

En total, la unidad ha identificado un revólver, una pistola imitando el modelo Luger y un subfusil, todos imitaciones. Según informó ayer la dirección insular de la Administración del Estado, «las armas no pueden ser adaptadas para hacer fuego, ni tampoco su constitución física permite el lanzamiento de ningún tipo de proyectil».

Sin embargo, los cartuchos encontrados son reales. En total se contabilizaron 11 balas Parabellum de nueve milímetros de calibre; tres cartuchos de 7,62 milímetros, dos de nueve corto y uno más del mismo diámetro, pero largo.

El pequeño arsenal llevaba sumergido en Cala Corb varios meses y presentaba un estado muy deteriorado, debido al tiempo que permaneció sumergido en el medio marino. Se trata de una zona de muy difícil acceso por tierra, pero resulta muy sencillo acceder por mar. Según Javier Tejero, director insular de la Administración del Estado, las armas podrían haber pertenecido a un coleccionista, que pudo haber lanzado la bolsa al mar desde el mirador que corona la cala, al parecer, «por no saber qué hacer con ellas. Son imitaciones y no constituyen ningún peligro para las personas», subrayó.