Este juicio se llevó a cabo en el Juzgado de lo Penal número 2.

La juez del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, Martina Rodríguez, dejó ayer en libertad sin necesidad de depositar fianza a tres rumanos que están acusados cada uno de ellos de tres delitos de lesiones por los que el Ministerio Fiscal reclama 12 años de prisión, 36 años en total.

Los rumanos golpearon en es Canar el pasado verano a tres turistas alemanes y les causaron heridas de distinta consideración, de forma que el Ministerio Público reclama cinco años por un lado, cuatro, por otro y finalmente otros tres, según la gravedad de las lesiones ocasionadas a las víctimas. Fuentes policiales señalaron que se trata de «habituales» y que existe la sospecha de que continuarán infringiendo la ley y que, en consecuencia, tarde o temprano, se sentarán de nuevo en el banquillo.

La juez Rodríguez los dejó en libertad porque ayer, por segunda vez, no se pudo celebrar el juicio porque no acudieron a él ni las víctimas, que residen en Alemania, ni el abogado de éstas. Además, los tres llevan ya seis meses en prisión preventiva a la espera de un juicio que por ahora no tiene fecha.

La primera suspensión del juicio se produjo el 17 de febrero y fue porque faltaba la principal víctima. Ayer faltaron todas, además de su abogado.

La reyerta se produjo, al parecer, después de que uno de los sospechosos hubiera querido bailar con la novia de uno de los afectados cuando todos ellos coincidieron casualmente el 23 de septiembre en una discoteca de es Canar. Dos de los hombres recibieron fuertes golpes en la cabeza con tubos de hierro. Uno de ellos perdió el conocimiento. La tercera víctima, mujer de uno de los anteriores, tuvo que ser atendida también en el hospital después de que presuntamente uno de los implicados clavara en el muslo de ella uno de los palos de sombrilla que portaban, «armas» que fueron intervenidas por la Policía Local de Santa Eulària. Los tres acusados habían protagonizado supuestamente en otras ocasiones altercados y disturbios en la zona, especialmente por peleas con otros turistas. Según el escrito fiscal, actuaron «de forma sorpresiva» aprovechando «la oscuridad y la soledad del lugar».