EFE / LAS PALMAS

Unas 2.500 personas clamaron ayer por la erradicación del «terrorismo callejero» en Las Palmas de Gran Canaria tras la muerte del joven Iván Robaina, que falleció en la madrugada del pasado domingo tras recibir una paliza en la calle Franchy Roca, situada en una zona de bares y discotecas. La lluvia y el viento no impidieron que miles de personas acudieran hoy a la Fuente Luminosa de la capital grancanaria para participar en la concentración en memoria de Iván, convocada por sus amigos a través de mensajes sms y de redes sociales de Internet como Facebook, desde donde se podrá acceder en breve a la plataforma «Conciencia Social», creada por sus padres para luchar contra la violencia callejera.

El acto, al que acudieron los padres de la víctima, Angelina Rodríguez y Rafael Robaina, se desarrolló con el lema «Fuera de la isla, fuera de Canarias. Desarraigo a los asesinos. Canarias con Iván». Según explicó Francisco García, uno de los organizadores de la concentración, con esta «consigna», dirigida a los cuatro jóvenes tenidos e ingresados en prisión provisional y sin fianza por un supuesto asesinato en relación a la muerte de Iván, lo que se pretende manifestar es la necesidad de propiciar el desarraigo de estos chicos del entorno familiar que les rodea para que dejen de ser «unas bestias y se conviertan en personas y puedan reinsertarse en la sociedad».

García afirmó que «muchas veces el problema no está en ellos, sino en su medio ambiente y en sus circunstancias» y consideró que su ingreso en ciertos centros penitenciarios de la Península, cuyos resultados en materia de reinserción son mucho más altos que los que se obtienen en las convencionales, según indican algunos estudios, dijo, contribuiría a que «esta gente vuelva a ser persona». El amigo del joven fallecido afirmó que «hay un terrorismo político y un terrorismo callejero» que «no se pueden igualar porque no son lo mismo», si bien comparó los actos de violencia callejera como los que acabaron con la vida de Iván con los de la kale borroka en el País Vasco.