Jesús Díaz Cortés, vecino de es Canar, de 19 años y supuesto asesino de un conocido suyo de la infancia en la puerta del bar Montemar, comparecerá hoy ante la Audiencia Provincial para enfrentarse a los 24 años de prisión que pide para él el ministerio público. Al acusado se le responsabiliza no sólo de la muerte a cuchilladas de Carlos Marí Varo sino de otra tentativa de homicidio ocurrida poco después del crimen cuando éste supuestamente atacó a a otro joven con el mismo arma cuando le dijo que no tenía tabaco.

Díaz Cortes presuntamente acabó con la vida de Marí Varo en la madrugada del 30 de mayo del año pasado cuando una de las tres puñaladas que le dio por la espalda le perforó el corazón. Todo ello porque la víctima no quiso invitarle a una copa y le recordó sus malas relaciones en el pasado.

En casa

El presunto asesino arrojó luego el arma por un acantilado. Tras volver a su casa, fue detenido por la Policía Local de Santa Eulària, mostrándose muy violento durante su traslado. Jesús Díaz había tomado esa noche hachís y cocaína y sufre un trastorno disocial de la personalidad pero el fiscal ha entendido en su escrito de acusación que ello no le impidió conocer lo que hacía.

El caso no se ha visto por la Ley del Jurado (lo que obligaría a reunir a un jurado) por concurrir en el caso otras acusaciones como son el delito de homicidio en grado de tentativa que se le imputa y sendas faltas de amenazas y daños.

Tampoco se han dado las condiciones necesarias para que un jurado tuviera que decidir sobre el otro caso criminal que va a ver esta semana la Audiencia Provincial. El marroquí Khalid Bouchta, vecino de es Pujols será juzgado el jueves, por matar de varias puñaladas en abril del año pasado a un compatriota y dejar malherido a otro al que, tras el primer crimen, fue a buscar en el lugar donde este último trabajaba. Con ambos vivía a pocos metros de donde ocurrió todo. El sospechoso se juega 15 años de ingreso en un centro psiquiátrico penitenciario. En su día no quiso declarar ni ante la Guardia Civil ni en el juzgado. El forense, sin embargo, le diagnosticó una grave dolencia mental relacionada con conductas paranoicas y esquizoides.