La jueza del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, Martina Rodríguez, dejó ayer el caso visto para sentencia.

La jueza del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, Martina Rodríguez, dejó ayer visto para sentencia un juicio en el que el acusado, J.A.G.F., se enfrenta a una petición de dieciséis meses de prisión por parte del Ministerio Fiscal y de un año y medio por parte de la representante legal de su propia hermana, que es la denunciante, bajo la acusación de un supuesto de malos tratos.

J.A.G.F. fue denunciado por su hermana después de que el padre de ambos dijera, supuestamente, que había sido agredido por el acusado cuando convivían en la misma casa. Además, la mujer, al interponer la denuncia contra su hermano por malos tratos a su padre, sumó otra denuncia en la que asegura que, unos tres meses antes de la supuesta agresión al anciano, ella también había sido objeto de golpes con las manos y patadas.

Control del dinero

Ante la jueza, la hermana del acusado dijo que no había denunciado antes por «miedo y vergüenza». Por su parte, el abogado de J.A.G.F. dijo durante el juicio que la denuncia de la hermana es una artimaña de ésta para intentar quedarse con el dinero del anciano, es decir, que pretende conseguir el control de la cuenta corriente de su padre.

La supuesta agresión al anciano se produjo el 30 de julio de 2006, cuando tenía 95 años, en la casa del acusado. Allí convivían el anciano, que se encuentra muy delicado de salud, su hijo, su compañera sentimental y ocho horas al día un hombre contratado para cuidar al enfermo, cuyo sueldo costeaba el abuelo.

El anciano, de origen gallego, sufrió la pérdida de un ojo y lesiones en la pierna durante la Guerra Civil, y padece Párkinson, por lo que tiene que tomar un tipo de medicación que, al parecer, le causa mareos y caídas. El propio anciano dijo ayer a la jueza que su hijo le «pegó una bofetada» y que le «hablaba de mala manera». La defensa dice que las presuntas lesiones, acreditadas en Can Misses, se las pudo causar el anciano en una de sus supuestas caídas.

Unos tres meses antes, el 30 de julio, en una reunión familiar, se produjo supuestamente la agresión del acusado a su hermana, consecuencia de una discusión por los cuidados del anciano. La mujer decidió denunciar mucho después cuando se enteró de los supuestos malos tratos a su padre. Según la denuncia, discutieron porque la hermana quería llevarse al anciano a su casa. La mujer dice que su hermano la golpeó con las manos y también le dio patadas, unas presuntas lesiones también acreditadas por Can Misses y corroboradas por un amigo de la familia que estaba presente. La compañera sentimental del acusado, que también estaba allí, dijo a la jueza que no se produjo tal agresión y que, de hecho, fue la mujer la que arañó en el cuello a su hermano. Esta testigo también dice que su compañero nunca ha agredido a su padre en la casa. Además de las penas de prisión, fiscal y acusación particular reclaman órdenes de alejamiento.