El joven escocés Dean Jennings, de 26 años de edad, un empleado de uno de los Starbucks de Edimburgo, robó 9.000 libras esterlinas (unos 11.600 euros) de la caja del local en el que trabaja para poder pagarse un viaje a todo lujo a Eivissa, informó la semana pasada el periódico escocés Daily Record.

Lo más curioso es que, una vez en la isla, al joven, animado por su novia, le entraron remordimientos, regresó al Reino Unido y se entregó a la policía. El pasado martes fue condenado a realizar 160 horas de trabajo en beneficio de la comunidad, unas horas que se serán remuneradas y cuyo dinero el joven Jennings deberá entregar a sus jefes de Starbucks hasta reintegrar por completo el dinero sustraído. En su razonamiento, el juez arguye que este castigo es la única manera de que el joven pueda devolver el dinero robado.

Cuando se entregó a la policía devolvió 5.863 euros de los 11.600 euros que robó del coffee shop en que trabajaba.

Tras cometer el robo, forzando la puerta de entrada del establecimiento, con los 11.600 euros en metálico en el bolsillo, el joven decidió no reparar en gastos y tomó un taxi en Edimburgo que le llevó hasta un aeropuerto de una ciudad inglesa, lo que le costó 772 euros. El resto del dinero se lo gastó en la isla, entre el hotel, que dijo a la policía que le costó cerca de 1.400 euros, y salir por la noche, aunque dijo a la justicia que no podía explicar con exactitud en qué dilapidó el resto.

Poco habitual

A la hora de dictar sentencia, la justicia escocesa, señalan varios medios locales, ha tenido en cuenta el ataque de buena conciencia del joven, un hecho poco habitual en cualquier país del mundo, señalan los periodistas.