Uno de los detenidos por los agentes de la Benemérita durante uno de los registros en domicilios de Sant Antoni.

Tras la detención en Sant Antoni de 15 personas por tráfico de drogas en la bautizada como Operación Lobo, la Guardia Civil busca ahora a los suministradores de este grupo que, según el Instituto Armado, distribuía la droga, cocaína principalmente pero también hachís y quizás otros tipos de sustancias ilegales, en «discotecas y macrofiestas» de la isla.

La Guardia Civil, que en Balears negó cualquier dato a los medios locales, tuvo a bien informar ayer desde Madrid sobre estas detenciones, que se realizaron el pasado fin de semana y cuyos sospechosos ya declararon ante el juez de guardia de Eivissa. De los 15 detenidos (11 de nacionalidad colombiana, dos españoles, una brasileña y una uruguaya), dos fueron puestos en libertad «con cargos» por la propia Guardia Civil. De los 13 restantes, ocho quedaron en libertad provisional, y cinco fueron enviados a prisión con carácter preventivo, uno de los cuales uno pudo evitarlo pagando una fianza de 4.000 euros.

En cuanto a los que quedaron en libertad, fuentes judiciales señalaron que no hay pruebas contra ellos en el atestado de la Guardia Civil.

Entre estos últimos está, al parecer, el propietario de un disco-bar de Sant Antoni al que se le acusa de haber favorecido el tráfico de drogas en el interior de su local.

Los agentes, que han estado varios meses acudiendo a las discotecas y a las macrofiestas para detectar a los supuestos camellos, registraron cuatro domicilios, todos ellos en el casco urbano de Sant Antoni, y en total se han incautado de unos 300 gramos de cocaína y unos 800 de hachís, además de unos 12.000 euros en metálico.

La Guardia Civil informó ayer de que los detenidos se dedicaban al tráfico de droga en pequeña escala, de forma que habían organizado una especia de tele-cocaína, para lo que empleaban motos que dificultaban el trabajo de seguimiento de los agentes de la Benemérita.