Una vecina de la calle Periodista Escanellas de ses Figueretes tuvo que sentarse ayer en el banquillo acusada de haber provocado incendio en su domicilio después de acumular intencionadamente papeles y comida y rociarlos con líquidos inflamables para luego prenderles fuego. La acusada, que se enfrenta a una condena de un año de prisión, lamentó lo sucedido ante la juez Clara Ramírez de Arellano, titular del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, y señaló que el fuego debía haber empezado de manera accidental al caer una de las muchas velas que tenía repartidas por su casa, lugar donde no había luz eléctrica.

El incendio, que tuvo lugar el pasado día 8 y que obligó a intervenir tanto a unidades policiales como a los bomberos, se produjo después de que la acusada hubiera discutido primero con su madre y luego con su compañero sentimental. «Me sentí desesperada, borracha y sola. No sé ni lo que hice. Me bebí una botella de vino y luego empecé a tirar cosas por el suelo. Cuando me cansé me fui a comprar más alcohol. No quise hacer daño a nadie», destacó.

El compañero sentimental de dicha persona también declaró ayer en el juzgado. «Creo que más bien quiso llamar la atención. Hacerse notar pero todo debió ser un accidente al coger alguna de las toallas que tiró al suelo y caer una de las velas», manifestó.

Agentes de la Policía Local de Eivissa provistos de extintores tuvieron que apagar el fuego antes de que llegaran los bomberos y aseguraran la zona. La Policía Nacional también intervino. «Nos encontramos mucho humo. Era difícil respirar y hubo gente que tuvo que ser evacuada», declaró uno de los agentes. El abogado defensor, al concluir el juicio, pidió la absolución de la acusada al pedir que se le aplicara un eximente completo por alcoholismo. «Yo estoy esperando un papel para arreglar mi situación en España. ¿Por qué iba a hacer algo a propósito que lo único que iba a motivar es que me perjudicara?, dijo la mujer.