JAVIER JIMÉNEZ-PEP MATAS

«Sereno y abatido» pasó Rodrigo de Santos su estreno carcelario en Palma. Tal y como adelantó ayer Ultima Hora la dirección del centro penitenciario le ha puesto un 'preso de apoyo' que comparte celda con él y que lo ayudará en su período de adaptación.

Nada más ingresar en la penitenciaría, De Santos fue sometido a una revisión médica y psicológica. El lunes, los médicos volverán a analizarlo, para determinar cuál es su estado real. Las fuentes consultadas por este diario indicaron que «no es factible» que De Santos se mezcle de momento con el grueso de los presos, ya que la cobertura mediática de su caso ha sido muy grande y la mayoría de internos saben que está acusado de abusar sexualmente de menores, un delito especialmente grave en el código carcelario.

De momento, pues, Rodrigo de Santos seguirá en el módulo de Ingresos del centro penitenciario, con un compañero que velará por su integridad.

El abogado del ex concejal podría intentarlo sacar de prisión la semana que viene, aunque dependerá de los jueces autorizar su excarcelación previo pago de una fianza.

La estancia de Rodrigo de Santos en la Jefatura palmesana fue «muy penosa», a pesar de que sólo pasó un día privado de libertad en los calabozos de la calle Ruiz de Alda. «Lloraba y se derrumbaba con facilidad. Siempre miraba al suelo, nunca a los ojos», relata una fuente que coincidió con él durante su período de detención.

Sin embargo, el ex dirigente del Partido Popular desconcertaba a los propios inspectores con su lucidez repentina.

«De forma inesperada alzaba la cabeza y empezaba a hablar perfectamente, con dicción perfecta y aparentemente sereno. Luego se volvía a hundir».

La declaración de un experto psicología que atendió a los dos hermanos tras la supuesta agresión sexual de Rodrigo hace tres años ha sido clave en el desenlace final. Con el testimonio del profesional ha quedado claro que no ha habido «oportunismo» y que ya había constancia de las supuestas aficiones prohibidas del ex concejal.