Cada vez se decomisan más alijos de cocaína en Eivissa; éste es de marzo de 2008.

El polaco David K., de 27 años de edad, falleció a consecuencia de una sobredosis de cocaína, aunque se han solicitado más análisis fisiológicos que se tendrán que realizar en Barcelona, informaron ayer fuentes judiciales, que apuntaron que los forenses no descartan que el joven hubiera consumido otros tipos de droga que también influyeran en su fallecimiento. Lo que sí ha determinado con total certeza la autopsia, realizada en la Clínica Forense de Eivissa, es que el joven polaco falleció de «muerte natural provocada por la droga», descartando de esta forma que algún tipo de violencia motivara el fallecimiento.

El cuerpo sin vida de David K. fue encontrado el pasado jueves por la mañana en una casa de es Cubells, en el municipio de Sant Josep. Los especialistas de la Policía Judicial de la Guardia Civil se encargaron de investigar el suceso y ya desde el primer momento se informó que no se había encontrado ningún rastro de violencia y que todo apuntaba a que el joven había fallecido por sobredosis de algún tipo de droga.

Esta muerte por drogas es la primera de la que se tiene conocimiento en el verano de 2008 en Eivissa de forma oficial. No obstante, señalaron ayer fuentes policiales, es muy importante saber «cuanto antes» si David K. consumió algún tipo de droga además de cocaína, con el objeto de que en caso afirmativo las Fuerzas de Seguridad puedan investigar al respecto.

Acerca de la rapidez a la hora de detectar drogas distintas a las habituales en el cuerpo del joven, las fuentes judiciales señalaron que no pueden precisar cuándo estarán disponibles.

Recientemente, el juez decano de Eivissa, Juan Carlos Torres, reclamó a la Gerencia Territorial de Justicia un laboratorio móvil con el fin de poder realizar este tipo de pruebas en la isla con la celeridad que es necesaria. Por el momento no hay noticia sobre este laboratorio móvil. En la actualidad las pruebas toxicológicas y las de ADN se tienen que realizar en Barcelona. En mayo, la familia de un británico fallecido en Eivissa en octubre de 2007 envió una carta de protesta a su Embajada porque siete meses después de su muerte aún no se había confirmado científicamente su identidad.

Durante todos esos meses, el cadáver estuvo en un congelador de Pompas Fúnebres.