Un matrimonio residente en Sant Antoni que fue detenido en enero de 2007 después de que agente de Aduanas los sorprendieran cuando llegaba al puerto de Eivissa con cerca de diez kilos de hachís fueron condenados ayer a tres años de prisión y a pagar cada uno de ellos una multa que ronda los 45.000 euros, cantidad en la que ha sido valorada la aprehensión. Los dos acusados, que aceptaron dicha pena tras reconocer los hechos que se les imputaban ante la titular del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, la magistrada Clara Ramírez de Arellano, están ahora pendientes de la suspensión de la condena después de que en dicho acuerdo judicial se aplicara en ambos casos la atenuante de toxicomanía.

La actuación policial, en lo que fue la primera intervención importante de drogas de 2007, tuvo lugar el 16 de enero después de que los agentes de Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) de Eivissa investigaran la posibilidad de que la pareja estuviera distribuyendo hachís en la isla y que el cabeza de familia estuviera haciendo continuos viajes a tal fin.

Los dos fueron capturados cuando, supuestamente de mutuo acuerdo, decidieron desembarcar por separado tras haber arribado a Eivissa después de haber hecho una escala previa en Denia. El acusado fue parado cuando bajaba con un turismo Alfa Romeo de su propiedad mientras que ella fue interceptada cuando maleta en mano bajaba del barco.

El SVA requisó en ese momento 997 trozos de hachís en forma de huevo o bellota que portaba el matrimonio en su equipaje mientras que en el domicilio del acusado, ubicado al parecer en la calle General Balanzat, se intervinieron otras pequeñas cantidades de la misma sustancia.

Los dos acusados se sentaron en el banquillo enfrentándose, en principio a una condena de tres años y ocho meses de prisión, pena que requería para ambos el fiscal tras concluir la instrucción de la causa. El pacto fue posible antes de la vista cuando el fiscal y el abogado de los dos imputados llegaron al citado acuerdo.