Un vecino de Sant Antoni que ha pasado diez años en prisión cumpliendo penas por distintos delitos ha sido condenado a otros 18 meses de cárcel por supuestamente amenazar de muerte a sus padres y provocar un altercado en su casa. El acusado insultó a su madre y le dijo que la iba a quemar viva delante, incluso, de la Guardia Civil, sobre quien lamentó que ETA no «les pusiera más bombas».

En la sentencia, dictada por la responsable del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, la juez Martina Rodríguez, incide en que el cabeza de la familia afectada «no sólo reconoce ese miedo sino que además es incapaz de contener el temblor que le produce declarar y relatar lo que su hijo viene haciendo desde que ha salido de la cárcel».

En el fallo, pendiente de recurso ante la Audiencia Provincial, se establece también que el acusado, preso en su día tras su detención por esta causa, no podrá contactar de ningún modo con sus progenitores ni acercase a ellos durante dos años a menos de cien metros de donde estén. Su abogado pidió en el juicio que se tuviera en cuenta la condición de toxicómano de dicho individuo, de 37 años, pero la magistrada no consideró acreditado este hecho en la actualidad.

Vecinos asustados

El suceso tuvo lugar en marzo de este año en un inmueble de la calle del Faro de Sant Antoni, lugar en el que vivían los padres del sospechoso y sitio donde los vecinos habían mostrado su desagrado por «el escándalo que dicha persona formaba» cada vez que se presentaba. Ese día empezó «a gritos a pedir a sus padres que le dieran su ropa», según recoge como probado la juez. «Estos le sacaron varios bultos. No conforme el acusado y preso de gran excitación, comenzó a decir a su madre que la iba a quemar viva y que era una zorra», se explica en la sentencia.

«Asimismo repitió que iba a quemar el edificio, reiterando las amenazas en presencia de la Guardia Civil, que había sido alertada y se presentó de inmediato. El acusado, igualmente, se dirigió a los agentes diciéndoles que los picolos le sudaban los cojones y que lo que tenía que hacer ETA era ponerles más bombas», resuelve la magistrada.

La juez valora, por último, que «todas esta conducta ha causado una gran preocupación en los padres, quienes temen no solamente por su vida sino que además se encuentran avergonzados por la actitud del hijo, realmente molesta para todos los vecinos».

Esta conclusión la efectuó la juez al tiempo que recoge en su sentencia que la propia madre del reo, el día que tuvo lugar el juicio, señaló no temerlo porque «una madre no pude tener miedo a su hijo».

Dicho individuo también ha sido condenado a pagar una multa de 150 euros al considerársele responsable de una falta de desconsideración a los agentes de la autoridad por las palabras que realizó contra los agentes de la Guardia Civil cuando mostró su deseo que ETA atentara más contra esta institución.