«Lo único que sé con seguridad es que en 24 años ningún trabajador me ha denunciado. Siempre he liquidado las cuentas y he querido cumplir bien con mis empleados y con quienes me contrataban». Son palabras de Antonio Torres, propietario de la empresa RyR (Roig y Riera) después de que anteayer el propio ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, vinculara la destrucción de su flota de camiones a «conflictos en el entorno de la propia empresa» y no a un suceso relacionado con el paro de los transportistas por el precio del gasoil.
Otras fuentes confirmaban ayer que el fuego fue «provocado», aunque Torres insistió en que a él personalmente nadie le hubiera informado que la posibilidad de un cortocircuito hubiera quedado descartada por completo. La Guardia Civil, de hecho está centrando sus investigaciones en una probable venganza como hipótesis más plausible, según ha podido averiguar este periódico. Fuentes del instituto armado, sin embargo, aseguraron ayer que todas las «líneas» continuaban abiertas y que los agentes de Policía Judicial que trabajaban en el caso, por ello, no descartaban otras posibilidades.
Pese a todo, las pesquisas se están focalizando durante estos días en aclarar si, tras el incendio que destruyó 40 camiones dejando pérdidas que Torres ha valorado en cuatro millones de euros, existe algún represalia por un despido o problemas laborales que hubiera podido tener algún trabajador. Los investigadores, del mismo modo, sopesan que tras lo sucedido pudiera estar, incluso, una empresa rival por los precios competitivos de RyR. «Hay quienes aún ofertan precios más bajos, pero yo no sé nada sobre esto», comentó al respecto el dueño de RyR., empresa que en la actualidad cuenta con una plantilla de unos 90 empleados.
La Policía Judicial está buceando precisamente en este entorno para conocer la situación de estos trabajadores y de otros que recientemente estuvieron vinculados a RyR.
La empresa afectada RyR quiere alquilar una grúa de grandes dimensiones para poder realizar transportes por carretera de embarcaciones de recreo, trabajo con el que contaban con mayor demanda. «Pero me piden mucho dinero», dijo Torres.
Antonio Torres indicó ayer que cada día que pasa se siente más desmoralizado. «Soy una hombre de empresa y por eso tenía ahora tantos camiones. He dedicado toda la vida ello. Me he quedado arruinado y estamos ahora viendo lo del seguro», señaló Los peritos trabajaban ayer en su informe. «No lo puedo asimilar», manifestó.
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