Cuatro de los acusados por el tiroteo de Sant Antoni ocurrido en agosto de 2006 comparecieron ayer ante la Audiencia Provincial para pedir su libertad mientras esperan juicio. Uno de los principales sospechosos, Shaun Francis W., supuesto conductor de un todoterreno desde el que se hicieron varios disparos y que resultó gravemente herido, se vio avalado por la presencia de su madre y de un hotelero de Palma, también de nacionalidad británica, que dijo estar dispuesto a darle trabajo y alojamiento mientras reside en esta isla antes de la celebración de una vista oral que le puede suponer una condena de 20 años de cárcel. Ésta es la pena a la que se enfrenta dicha persona después de que haya sido acusada por dos delitos de homicidio en grado de tentativa y otro de tenencia ilícita de armas.

El tribunal tiene previsto probablemente decidir la próxima semana sobre la situación de los cuatro británicos que manifestaron ayer su intención de pasar a firmar todos los días por el juzgado y pagar, si ello es necesario, una fianza para garantizar que no intentarán eludir la acción de la Justicia.

Videoconferencia

Tres de los implicados, presos actualmente en Palma, declararon por videoconferencia mientras que un cuarto fue excarcelado en Eivissa para este trámite. Todo ello tuvo que hacerse con medidas de seguridad extraordinarias para evitar incidentes vista la supuesta animosidad de unos con otros después de que dos grupos de presuntos traficantes cruzaran disparos desde dos vehículos y posteriormente se interviniera en sus «cuarteles» una importante cantidad de estupefacientes. El tiroteo se saldó con al menos tres heridos, dos de ellos dos turista de Belfast completamente ajenos a los problemas que pudieran tener las dos bandas enfrentadas. Siete sospechosos, como ya informó en su día este periódico, tendrán que sentarse en el banquillo ante loa Audiencia. Lo harán probablemente en septiembre. El fiscal pide penas de hasta 29 años de cárcel para el principal imputado, Younes A.A.