El juez del Juzgado de Instrucción número 4 de Eivissa, Santiago Pinsachs, está investigando el paradero de un francés llamado Pierre que, según al menos dos testimonios, también abusó sexualmente de las hijas de José Juan S.N. y su esposa, ambos detenidos y encarcelados con carácter provisional.
La denunciante del caso, la hija mayor, dijo desde el primer momento que un tal «P» también había abusado de ella y sus hermanas cuando eran pequeñas y ayer, en la toma de declaración, la madre lo reconoció. Fuentes judiciales señalaron que no saben «por dónde empezar», porque del francés soló conocen, además de su nacionalidad, que se llama Pierre, que vivió con esta familia durante seis años en un barrio popular de Vila y que se dedicaba al tarot. Al parecer, también han llegado noticias de que podría haber fallecido.
Imitaciones
El papel que juega Pierre en el caso es importante, ya que, según testimonios, abusaba de ellas cuando la mayor aún no tenía 15 años, abusos que, supuestamente, fueron utilizados por el padre para acceder a ellas desde el punto de vista sexual. «¿A ver qué te ha hecho Pierre? Házmelo a mí», decía el padre a sus hijas, según fuentes judiciales. Los detalles sobre los abusos resultan demasiado escabrosos.
El juez ordenó ayer el ingreso en prisión con carácter provisional y sin posibilidad de fianza de la madre, de quien se sospecha que no sólo encubrió y silenció durante años lo que ocurría en esta familia, sino que incluso particpó de forma activa en los distintos abusos. En cualquier caso, la acusación de cooperadora necesaria equivale a la de autora, los que la coloca en el mismo nivel que a su marido desde el punto de vista penal.
El TSJ informó ayer el juez ha suspendido la patria potestad del matrimonio sobre sus cinco hijos, dos de los cuales aún son menores de edad.
Según fuentes de la investigación, las cuatro hijas sufrieron abusos sexuales -no así el hijo varón, que no vive en la isla-, aunque no todas de la misma forma y frecuencia, ya que una de ellas se fue de casa. Una de ellas sufrió la peor parte.
Terapia
Otras fuentes conocedoras del caso explicaron que las mujeres de la familia, incluida la madre, soportaban palizas con mucha frecuencia por parte del padre, y que durante muchos años vivieron la situación como algo natural, ya que así intentaba hacérselo ver su padre. En este sentido, en su declaración ante el juez, la madre llegó a decir que los abusos sexuales eran una «terapia».
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