El sospechoso ha ingresado en la prisión de Eivissa por orden judicial tras examinar el forense a la afectada.

El juez Santiago Pinsach, responsable de los asuntos de violencia doméstica que afecten a la mujer en Eivissa, ha incoado un sumario para intentar aclarar si un vecino de Sant Jordi de 30 años intentó matar primero a su pareja de una cuchillada y, al fallar, estrangularla con la cuerda de una cortina, acción de la que también logró zafarse la víctima. El sospechoso, que es ahora investigado por la supuesta comisión de un delito de homicidio en grado de tentativa, se encuentra, de momento, en prisión sin fianza. En el juzgado negó que hubiera querido acabar con la vida de su pareja y justificó la denuncia que pesaba contra él como una idea que había tenido ella para romper la relación al no saber cómo hacerlo. La mujer, por su parte, no halló explicación a lo sucedido, máxime cuando ambos sólo llevaban cinco meses como novios.

Víctor S.M., de 30 años, fue apresado por la Guardia Civil en la tarde del pasado viernes después de que supuestamente se hubiera dirigido a la cama donde su novia, una mujer de 40 años de nacionalidad española, dormía la siesta en camisón. Según la víctima éste le dijo: «¿Sabes lo que me apetece?. Me apetece ver cómo corre tu sangre por las sábanas». La afectada relató que, sobresaltada y muy sorprendida ante estas palabras, vio a su pareja cómo se dirigía a otra habitación y cogía un cuchillo. Según lo que contó la víctima, ello le salvó en primera instancia la vida ya que le permitió reaccionar a tiempo cuando el presunto homicida se abalanzó sobre ella e intentó clavarle el cuchillo en un costado.

Una nueva tentativa de agresión se produjo en otra dependencia cuando la víctima huía de esta acción. Esta vez, Víctor S.M. supuestamente agarró el cordón de una cortina y, en un rápido movimiento, se la echó por encima a su novia, cuerda con la que, según este mismo relato, intentó estrangularla. Ante este argumento, el acusado argumentó que sí le había «echado» la cuerda, pero que ello fue una «broma» que le hizo porque «la notaba muy rara últimamente».

El forense, sin embargo, tras examinar a la perjudicada, constató que ésta presentaba heridas en las manos y muñecas, posiblemente al utilizarlas para evitar las asfixia. Además, la mujer aseguró que se había roto una uña en el forcejeo cuando se defendía y el sospechoso, según evidenció otra exploración, tenía un destacado corte en un brazo, algo que la investigación ha relacionado con un eventual arañazo.

La víctima, en camisón y asustada, pudo zafarse del presunto agresor y alcanzar la calle, momento en que fue auxiliada por otra mujer. Esta última llamó a la Guardia Civil pidiendo a ayuda. La propia afectada pidió a esta persona que la llevara a casa de sus suegros, lugar donde, estupefacta, contó su historia. La Guardia Civil formalizó la detención de Víctor S.M. sobre las nueve de la noche tras localizarle y llevarle al puesto de Sant Antoni.