El italiano residente en Santa Eulària a quien la Guardia Civil investiga por presuntos intentos de abuso sexual sobre su hija de 12 años declaró ayer por la mañana ante el juez de guardia, tal y como adelantó este diario en el edición de ayer. Tras el interrogatorio, el magistrado ordenó su ingreso en prisión con carácter preventivo. Mientras, continuarán las investigaciones hasta el día del juicio, en el que el hombre podría ser acusado por un presunto delito de carácter sexual que podría conducirlo varios años a prisión.

Tras el testimonio de la niña de 12 años, que asegura que su padre ha intentado abusar de ella en varias ocasiones, un punto que el acusado ha reconocido ante el juez, otra hija del hombre, ya mayor de edad y que ya no convive con él, ha denunciado que hace años su padre cometió abusos sexuales con ella.

La detención se produjo a raíz de una llamada telefónica que realizó la propia niña el pasado viernes al servicio del 112 mientras su padre rompía a golpes el candado que cerraba, por fuera, la habitación de la pequeña, un candado que había colocado la madre, lo que hace pensar que no era la primera vez que se cometían intentos de abuso. En un principio se informó de que la madre también podría ser detenida por consentir los supuestos intentos de abusos, aunque finalmente no ha sido así. Tras el aviso, el 112 alertó a la Policía Local de Santa Eulària, que se presentó en el domicilio, en el municipio de Santa Eulària.

Sin embargo, el padre no fue detenido hasta el día siguiente por agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil, que se han encargado de la investigación de este caso. Médicos del Instituto Forense de Eivissa realizaron anteayer un examen a la pequeña y no hallaron rastros de violencia ni de abusos sexuales, ya que, tal y como ha relatado la niña a los investigadores, no llegó a producirse ningún abuso.

Testimonios
Fuentes judiciales señalaron ayer que no será fácil probar supuestos abusos sexuales cometidos con anterioridad al intento denunciado anteayer y que sólo se podrá contar con los testimonios de las hijas del italiano y tal vez con el de la madre, de nacionalidad argentina, que en el caso de que reconozca que conocía los supuestos hechos podría ser acusada por complicidad o consentimiento.

La pareja tiene dos hijas en común, que conviven con ellos en Santa Eulària, la de 12 años que ha denunciado los presuntos intentos de abuso por parte de padre y otra de 11. El día de los hechos, el 1 de febrero, en la casa sólo se encontraban la niña de 12 años y el padre.

Éste, además, tiene otros tres hijos con otra mujer que, al parecer, no reside en la isla.