El juicio por este caso quedó ayer por la mañana visto para sentencia en el Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa.

J.M.ALONSO Miguel D. reconoció parte de la acusación que se refleja en la denuncia, que fue presentada por su mujer una vez que la hija de ambos, que tenía 11 años cuando ocurrieron los hechos, le relató, muchos meses después, los supuestos abusos sexuales. Esta familia de origen andaluz, padre, madre y cuatro hijos menores de edad, vivía en Eivissa en 2003. «Como dormíamos juntos, llegué bebido y sí, lo hice [masturbarse frente a la hija]», dijo Miguel D. ante la juez del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, Clara Ramírez. A través de videoconferencia, ya que la madre y los hijos han regresado a Andalucía, la niña, que en la actualidad tiene 15 años, explicó que su padre, a quien no desea ningún mal pero tampoco quiere volver a ver, intentó abusar de ella «sólo tres veces». La primera vez «hacía gestos por detrás con la mano en la cintura», la segunda vez «me dio con el pene en la boca» y la tercera «me llevó la mano a sus partes». En las tres ocasiones estaban solos. «Su pene me tocaba las nalgas, él estaba bebido o drogado», relató la niña en referencia a la primera de las tres veces. «Lo considero un buen padre si no se drogara; no quiero verlo, ni hablar con él, lo que vosotros digáis», respondió la niña a la pregunta del fiscal de si quería que su padre fuera a la cárcel.

El fiscal reclama una pena de tres años de prisión por el presunto delito de abusos sexuales y un año más por otro supuesto de amenazas hacia la madre. Por su parte, la defensa pide la total absolución de su cliente y argumenta que por los hechos que se le imputan ya ha sido juzgado y condenado por la misma juez de Penal 1 de Eivissa. Miguel D. fue condenado por un delito de maltrato, ya que agredió a su mujer. En esta sentencia ya se señalaba que el acusado se había masturbado delante de la niña y que paseaba desnudo por la casa. El abogado, además, puso en duda el testimonio de la niña en el sentido de que podría estar confundiendo los hechos que se juzgaron ayer con los que ya se juzgaron en la vista por malos tratos.

El letrado también preguntó a la psicóloga que atendió a la niña si alguien había asesorado a la madre sobre la conveniencia de denunciar estos hechos con el objeto de conseguir ventajas a la hora de solicitar el divorcio, supuestas ventajas que se traducirían en el régimen de visitas de los cuatro hijos de la pareja y sobre todo sobre la patria potestad de los menores. La psicóloga negó este punto. Además de las penas de prisión, el fiscal también pide que se retire la patria potestad al padre durante un periodo de cinco años. Sobre Miguel D. ya pesa una orden de alejamiento de su mujer y desde que se notificó la sentencia de malos tratos no ha vuelto a ver a los sus hijos.

Durante el juicio, al acusado le sonó el teléfono móvil en dos ocasiones, por lo que la juez le pidió que lo apagara. Él dijo que no podía y fue el abogado quien se encargo de hacerlo.