Una dotación de agentes de la Guardia Civil de Evissa está formándose para poner en funcionamiento cuanto antes una unida móvil del Servicio Intergral de Vigilancia Exterior (SIVE) que se encuentra desde anteanoche en la isla. El objetivo es que los radares comiencen a detectar lo que ocurre en el litoral pitiuso esta misma semana. Las unidades del SIVE están preparadas para localizar objetivos de diez metros de eslora a treinta millas náuticas.
El Gobierno anunció en su día la instalación en Eivissa de un radar fijo, pero la llegada la semana pasada de una patera con nueve inmigrantes argelinos ha adelantado los planes de vigilancia. La nueva unidad, traída desde Girona, se establece en la isla de manera provisional hasta que sea posible la ejecución del programa original, un proyecto que debe ponerse en marcha en el plazo máximo de un año y con el que se prevé dotar a la isla de instalaciones de largo alcance que se habilitarán de forma permanente en el lugar que se decida. Los radares móviles que operarán inmediatamente en Eivissa, con los que ya cuenta Mallorca, permitirán establecer rutas y puntos de rastreo de acuerdo con las estrategias que establezcan los mandos policiales. El SIVE se considera una herramienta útil no sólo en la lucha contra las redes de inmigración sino también contra el narcotráfico.
Por otra parte, el juez Juan Carlos Torres se desplazó de nuevo a Can Misses para recoger nuevas declaraciones al último inmigrante que quedaba hospitalizado. De los tres que quedaban ingresados, dos de ellos fueron trasladados a Valencia este fin de semana y el tercero estaba previsto que recibiera pronto el alta médica.
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