A nadie se debe enviar a prisión sin pruebas, ni siquiera con carácter preventivo y, en consecuencia, el juez ha dado marcha atrás y ha revocado la orden que dio el día anterior. Así las cosas, el indocumentado argelino de 35 años Yanise S., nombre, nacionalidad y edad que él proporcionó, deberá ingresar en los calabozos de Comisaría, todo esto tras una noche en la prisión, otra en el hospital y, según su versión, cuatro o cinco o más navegando con ocho compañeros en una patera desde Argel a ses Salines. Una hazaña y también una odisea aún inacabada. Al menos cinco de ellos continúan en el hospital. Después de un tiempo indeterminado en Comisaría, Yanise S. será enviado a un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), en Valencia o Barcelona. Finalmente, si la burocracia consigue completar el ciclo, será repatriado.

Además de revocar la orden de prisión, el juez Juan Carlos Torres, titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Eivissa, ha decidido no imputar a ninguno de los ocho compatriotas del anterior, ya que el Ministerio Fiscal no ha presentado cargos. La Guardia Civil acusó a dos de los nueve indocumentados. A Yanise S. porque levantó la mano cuando preguntaron quien llevaba el timón de la patera y al segundo porque tenía un GPS. Juez y fiscal se desplazaron ayer a Can Misses para tomar declaración al del GPS. Se pronunció en el mismo sentido que lo hizo Yanise S. el día anterior en el juzgado de guardia. Dijeron que la embarcación, una pequeña zódiac de tres metros, la compraron entre todos, que el viaje también lo organizaron entre todos, que el GPS es para no perderse y que no existe ningún buque nodriza, sino que el viaje lo realizaron completamente en la barca desde Argel, que el destino era Almería, que el motor de la zódiac se estropeó y que decidieron arrojarlo por la borda para aligerar.

No obstante, las autoridades consideran que sí hubo -y tal vez todavía hay- un barco nodriza, probablemente un pesquero robado en Argelia. Además, aunque no tienen pruebas, piensan que al menos uno de los nueve indocumentados forma parte de un red de tráfico de inmigrantes.

Comisaría informó ayer por la mañana que uno de los indocumentados ya está en los calabozos a la espera de ser trasladado a un CIE. Supuestamente, siete más también tendrán que pasar por allí camino del CIE. El octavo tendrá más suerte, porque dice que tiene 17 años y las pruebas médicas no han demostrado lo contrario. Al ser menor de edad, los servicios sociales del Consell Insular ya se han hecho cargo de él. Ayer ya descansaba en el centro de menores de Santa Eulària. Es el único de los nueve que tiene garantías de quedarse en la Europa sin fronteras.