J.M.ALONSO / C. ROIG / AGENCIAS Hasta 107 litros por metro cuadrado cayeron anteanoche en la isla, concretamente en Sant Joan. De hecho, el Port de Sant Miquel fue una de las zonas más afectadas por las inundaciones que, por otro lado, se registraron a lo largo y ancho de toda la isla. En Sant Vicent se llegó a los 68'8 litros por metro cuadrado, a 86 en Santa Gertrudis, 40 en Sant Josep y 73 en Gesa. Unos 1.700 rayos cayeron en Eivissa y Formentera. Esta isla no sufrió daños importantes por las lluvias. El viento también alcanzó en la isla velocidades importantes y derribó varios árboles.

Pero fue en Mallorca donde la tormenta adquirió carácter trágico. Una mujer falleció en Puigpunyent tras ser arrastrada por una corriente de agua procedente de un torrente que se había desbordado debido a las lluvias. Es la primera víctima mortal registrada en Balears por los efectos del temporal que afecta al archipiélago. La mujer, de entre 30 y 40 años, de habla inglesa, falleció en el momento que salió de su vehículo y se vio arrastrada por una corriente de agua. En las Pitiüses no hubo desgracias personales que lamentar, a pesar de que la grava arrastrada por el agua hizo muy peligrosas las carreteras de la isla y las rotondas de Vila. Al respecto, la brigada responsable del Consell y los bomberos estuvieron limpiando las carreteras durante toda la mañana. Por su parte, técnicos de Recursos Hídricos del Govern se han encargado de la limpieza de torrentes. En el Torrent des Port de Sant Miquel, centenares de cañas arrastradas por el agua llegaron a atorar el puente más cercano a la playa, que perdió buena parte de su arena, que mezcla la original con la repuesta. Un camión grúa tuvo que desatorar el puente.

La doble vía
También en esta zona, el hotel Cartago sufrió inundaciones por la noche, sobre todo en las habitaciones de los trabajadores y la cocina. Cerca de la carretera que desemboca en la playa, la fuerza del agua en pendiente derribó un gran muro, cuyas piedras invadieron la calzada.

En Cala Llenya, el martes por la noche un rayo alcanzó una vivienda de forma que llegó a reventar la salida de un depósito de gas subterráneo con 4.000 litros de butano. La dueña de la casa tuvo que subir al tejado y apagar el fuego. Ayer, durante todo el día, técnicos de Repsol estuvieron controlando la quema de todo el butano del depósito, con el fin de poder revisarlo por dentro y reparar los daños
El túnel de la carretera del aeropuerto se inundó entre Can Fonoll y la rotonda de Sant Jordi, por lo que el tráfico tuvo que ser desviado por el interior de la población.

Aquí, por la mañana, un coche conducido por un italiano se llevó por delante los conos que avisaban del corte de la carretera y acabó casi sumergido. La policía de Sant Josep lo rescató y los bomberos vaciaron el túnel de agua. También los bomberos tuvieron que achicar el agua que inundó los bajos del retén de la Policía Local de Eivissa, al igual que de un sótano de la calle Paó de Jesús, que cubrió mil metros cuadrados y alcanzó 50 centímetros de altura. También una vivienda de la calle Javio de Cala Tarida sufrió inundaciones considerables.

De madrugada, en la calle Ramón Muntaner con Tagomago saltó la tapa de una alcantarilla y provocó que un taxista chocara. También la sucursal del BBVA de la Avenida España quedó inundada y, como viene siendo habitual cuando llueve mucho, el puente de Cas Farró, en Puig den Valls, se convirtió en una gran piscina, de forma que cuando se comenzó a achicar el agua apareció un coche.

La Avenida de Sant Agustí de Cala Bou sufrió las acostumbradas inundaciones en estos casos, así como la entrada a Sant Antoni.