Uno de los cinco turistas que han perdido la vida al ahogarse cuando se bañaba.

Santa Eulària y Sant Miquel han sido los lugares donde se ha registrado la mayor mortalidad. Cuatro de las cinco personas que han perecido ahogadas perdieron la vida en la costa de Sant Miquel. El cadáver de un turista británico fue hallado flotando en aguas de Sant Antoni y pocas horas después la Guardia Civil rescató en el acantilado de Na Xamena el cuerpo de un alemán.

Can Marçà, el cruce de la carretera de Santa Eulària a Santa Gertrudis y es Canar fueron, a su vez, tres de los cuatro lugares donde se produjeron accidentes de tráfico que acabaron con fallecidos. La puerta de un bar de es Canar, a su vez, fue el escenario del crimen que costó la vida a un joven ibicenco, acuchillado por un vecino suyo en tratamiento psiquiátrico desde los seis años y con problemas con las drogas. El siniestro de tráfico que, sin embargo, mayor trascendencia tuvo fue el que en Formentera costó la vida a una niña mallorquina de 16 meses. La pequeña fue arrollada por el coche de su padre cuando la familia se disponía a abandonar el complejo turístico donde habían pasado unos días de vacaciones.

La cuenta de víctimas podía haber sido mayor si no hubiera sido porque la fortuna acompañó a dos turistas. Uno de ellos pudo ser rescatado por un agente de la Guardia Civil cuando, agotado de luchar contra la corriente, era arrastrado por el mar en ses Variades. El otro caso significativo es el de un británico que tuvo la suerte de caer bien tras precipitarse a un patio de luces desde un quinto piso cuando, al equivocarse de edificio buscando su hotel, intentó alcanzar otro inmueble saltando por una ventana. La víctima sufrió heridas craneales pero pudo recuperarse en horas.

Los robos con violencia, incluidos los tirones y los asaltos a turistas, son una de las principales preocupaciones durante el verano. Este año vuelve a repetirse los robos de Rolex que se atribuyen a bandas napolitanas, pero especial relevancia han tenido tres asaltos que han trascendido y que en su conjunto han supuesto para los ladrones un botín que supera los 150.000 euros. Cinco encapuchados se apoderaron de prendas valoradas en 90.000 euros tras asaltar una tienda de Eivissa. Otros dos enmascarados se llevaron 26.000 euros tras irrumpir en una casa de Sant Josep y otro atracador sustrajo 44.000 euros de una oficina bancaria de Sant Antoni.