Werner y Helene Kuck-Zimmermann mataron a su hijo uno o dos días
antes de suicidarse, según el resultado de las autopsias a los tres
cuerpos de esta familia alemana cuyos cadáveres fueron encontrados
el pasado día 15 en su domicilio de la calle Emili Pou, en la
Marina. La autopsia señala que la pareja llevaba muerta desde el
día 7, es decir ocho días antes de ser encontrados, y el pequeño,
que habría cumplido doce años el mismo día 15, uno o dos días
antes.
La autopsia también confirma que el pequeño murió asfixiado
después de ser sedado. Le introdujeron un algodón en la boca,
probablemente con cloroformo, le pusieron una mascarilla y encima
una bolsa que ataron con dos lazos al cuello. La autopsia asegura
que los lazos no estaban atados con fuerza y que la causa de la
muerte es asfixia y no estrangulamiento. Aún quedan pendientes los
resultados de toxicología, que tardarán varias semanas en conocerse
y que aclararán si además de ser sedado y asfixiado la pareja
también envenenó al menor con las pastillas que después ellos
emplearon para suicidarse.
Según la autopsia, el hombre y la mujer también tenían bolsas de
plástico en la cabeza y también las tenían atadas al cuello con
nudos flojos. Se presupone que utilizaron bolsas para respirar su
propio anhídrido carbónico y acelerar el óbito. El Juzgado de
Instrucción número 1, que lleva el caso, aún tiene que llamar a
declarar al amigo de la pareja, también de nacionalidad alemana, a
quien estos dejaron en testamento todo su patrimonio. Este hombre
recibió una carta de sus amigos el día 17 de febrero en la que ha
trascendido que le informaban de que a partir del día 15 de marzo
ya podía entrar en la casa. Fue este hombre quien denunció en la
Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía la desaparición de la
pareja de alemanes y su hijo, a raíz de lo cual se solicitó una
orden de registro del domicilio y fueron hallados los cuerpos.
Aunque la hipótesis principal que manejan los investigadores es el
suicidio de la pareja previo homicidio del menor, aún queda
pendiente saber si el amigo de los alemanes conocía o no las
intenciones que tenían. Esta familia llegó a Eivissa junto con el
amigo a principios del año pasado y alquiló el domicilio de la
calle Emili Pou. En todo este tiempo el niño sólo acudió al colegio
unos tres meses, de septiembre a noviembre, en Morna College, en
Santa Gertrudis. Sus padres dijeron a los responsables del centro
que se lo llevaban porque debían viajar a Alemania, pero que pronto
regresarían.
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