El «correo», un ex empresario valenciano al que la cocaína le
supuso la ruina total de sus negocios y de sus relaciones
familiares, fue sorprendido por la Guardia Civil el día 16 de
noviembre del año pasado cuando desembarcaba en el puerto de Sant
Antoni con 2.100 kilos de esta droga en su bolsa de viaje. Días
después, en una operación que se llevó a cabo en la ciudad de
Gandía y en la que intervinieron fuerzas de la Policía Local de
esta ciudad, se detuvo al hombre que, según la investigación,
planificó el viaje del «correo», trabajo por el que iba a cobrar
1.200 euros.
El primero de ellos aceptó ayer ante la Audiencia, tras
reconocerse su grave drogodependencia, una condena de dos años y
tres meses de cárcel. El otro acusado, Francisco F.M., que también
se jugaba diez años de cárcel, cuyo nombre ha figurado en múltiples
investigaciones antidrogas y al que en su último arresto se le
intervino una pistola, salió absuelto después de que el fiscal
retirara la acusación contra él por falta de pruebas de cargo. Todo
ello, al contemplarse que el 'correo' se retractó en la instrucción
de la declaración que incriminaban a dicha persona. A ésta, en su
detención, no se le intervino droga. Sin embargo, Francisco F.M.,
de 48 años y de Algemesí, cuenta con seis arrestos.
La policía le conoce desde 1991 y está catalogado como un
presunto distribuidor de drogas en los barrios de Beniopa y
Nazaret. El sospechoso vive en una casa con puertas y cristales
blindados que ha sido motivo de varias entradas y registros. Según
ha podido averiguar este periódico, la policía fotografió a 32
toxicómanos visitando su domicilio en cuatro horas y, en otra
ocasión, a otros 52 en ocho horas. Pese a todo esto, al parecer,
nunca ha sido condenado por narcotráfico.
El vecino de Gandía que salió ayer airoso de este proceso por
narcotráfico se benefició del principio de presunción de inocencia
después de que el 'correo' decidiera cargar ante el tribunal con
toda la culpa. éste también tendrá que pagar una multa de 134.000
euros.Francisco F.M., que pese al acuerdo entre la defensa y el
fiscal tuvo que sentarse en el banquillo para que se celebrara el
juicio al haberse instruido la causa como sumario, respiró aliviado
al comunicarle el tribunal que se retiraba la acusación contra su
persona.
Fue en ese momento cuando pidió permiso para salir d e la sala,
algo que hizo no sin antes dar un apretón de manos al otro detenido
en la investigación. Ya fuera de la sala , dio un fuerte abrazo al
reo e intentó entregarle un billete de 50 euros, algo que impidió
la Guardia Civil que escoltaba al único de los dos detenidos que va
a cumplir pena. Varios agentes que participaron en esta operación y
que, ayer, vieron estos últimos gestos entre los dos sospechosos,
manifestaron su malestar e incomprensión por la decisión
judicial.
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