El cuerpo fue encontrado en el parque tecnológico Miramón de San Sebastián.

El cadáver de Manuel Ignacio Apaolaza Oyarbide, de 42 años, el vigilante del edificio incendiado de la Hacienda Foral de Guipúzcoa que se encontraba desaparecido y que fue hallado ayer tarde en el parque tecnológico Miramón de San Sebastián, presentaba un impacto de bala en el pecho y tenía junto a él un arma. Según informaron fuentes de la investigación, el cuerpo sin vida del vigilante fue hallado hacia las 15,30 horas en un talud situado en uno de los bordes de la carretera que rodea el museo Kutxaespacio de la Ciencia. El talud donde apareció el cadáver está separado de la carretera por un seto y el cuerpo se encontraba en una zona con matorrales, helechos, árboles y abundante vegetación. El revólver del calibre 38 hallado junto al cadáver, que encontraron unos chavales a quienes se les extravió el balón con el que jugaban, es el arma reglamentaria que utilizan los vigilantes, según confirmó la empresa de seguridad Sabico, aunque se desconoce si se trata de la misma que utilizaban los guardas fallecidos y que desapareció tras el incendio.

Apaolaza estaba en busca y captura desde la noche del pasado domingo cuando se declaró el incendio provocado en el edificio de Hacienda en el que murió de un disparo otro vigilante, Florencio Parra, jefe del mismo.