José Miguel López Calzado fue acribillado en un restaurante de Sant Josep en la noche del 7 de agosto de 2004.

La Guardia Civil rastreó las conexiones del empresario cordobés asesinado el pasado 7 de agosto en la terraza de un restaurante de Sant Josep en ciudades tan dispares como Cádiz, Madrid y Málaga. Durante este tiempo la investigación se topó hasta con cuatro caminos a seguir, todos ellos con una solución viable que daban explicación a por qué pudo ser acribillado a balazos José Miguel López Calzado, natural de Puente Genil y de 36 años.

Pero hasta que la Guardia Civil resolvió que tenía pruebas suficientes para apresar a las diez personas que han sido arrestadas en la operación «Sa Punta», con la que, además, se ha desarticulado en Madrid y Toledo un grupo mafioso que se ha relacionado a asuntos de narcotráfico, extorsión y atracos a mano armada, se trillaron otros caminos. Tampoco se dejó atrás las relaciones de López Calzado en la localidad gaditana de Sotogrande, lugar donde la víctima también se dejaba ver. Su ex mujer, precisamente también contaba con residencia en este lugar. La posibilidad de un crimen pasional también ocupo buen parte del trabajo de los agentes.

El empresario, un hombre con negocios de hostelería en Marbella y de automoción en Madrid, llevaba dos meses residiendo en un chalet de Cala Carbó cuan do el cabecilla de una banda ordenó su muerte. Todo ello presuntamente después de que la víctima se negara a pagar hasta los 200.000 euros que terminaron fijándosele después de que se negara a abonar la 'multa' de 50.000 euros que el jefe de este grupo le impuso por mantener una relación con su ex novia.

El pasado de López Calzado, conocidos por alguno como Micky, fue investigado hasta la saciedad por el equipo de Policía Judicial de Eivissa, a la que luego se sumaron los grupos de Mallorca y la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Estas unidades, a su vez, se vieron apoyadas por otras, como fue el caso de Málaga.Los primeros pasos se dieron en la tierra del fallecido. En Andalucía, donde López Calzado llegó a estar preso tras responsabilizársele de un alijo de varios cientos de kilos de hachís, se cotejó la posibilidad de que el empresario hubiera tenido problemas con una antigua «amistad». La Guardia Civil siguió la pista de que estuvieran 'devolviéndole las balas' que recibió hace años en Málaga un hombre que fue tiroteado y que no llegó a morir, crimen fallido que se valoró pudo ejecutarse a instancias del propio López Calzado.

Una cuarta línea de investigación, relacionada con las tres anteriores que forma parte del secreto sumarial de las actuaciones y focalizada en los oscuros negocios del fallecido, terminó dando la clave para identificar a los autores del asesinato. Ocho de los diez arrestados esperan en prisión ahora para declarar ante el magistrado Juan Carlos Torres, responsable del juzgado de Instrucción número 1 de Eivissa y lugar donde se completará la instrucción del caso.

Algunos de los sospechosos no sólo responderán directamente del crimen. A los acusados también se les ha vinculado con delitos de robo, extorsión y narcotráfico. En los registros de la operación «Sa Punta» se intervino drogas, además de armas que pudieron ser traídas a Eivissa.