«Siempre que tengo algún dinero acudo. Pregunten en cualquier
juzgado, todos me conocen». Son palabras de un subastero habitual
de Eivissa que ha sido absuelto después de que el fiscal y la
Tesorería General de la Seguridad Social pidieran una condena de
dos años al sobreentenderse que el entonces sospechoso había
cometido un delito de maquinación en la venta pública de unas
grúas.
El acusado fue procesado al verse indicios de un intento de
acuerdo ilegal con otra persona que estaba en la citada subasta,
celebrada el 24 de julio de 2001, para cobrar una comisión por no
pujar, circunstancia que se considera como delito de alteración de
precios.
«Podría ser fácil que el acusado pretendiera cobrar por su
'asesoramiento' a una persona ajena a ese mundo ['espérate a la
gestión directa'] mas esto, en el plano de la hipótesis, será
reprobable moral o éticamente, pero no tendrá encaje en el derecho
penal», resuelve la responsable de lo Penal número 2. La juez
argumenta que no se puede condenar al subastero porque no consta
que se solicitara ninguna comisión concreta y menos aún que se
hablara de ella. Tampoco se sabe si el sospechoso llevaba la voz
cantante en el grupo de personas que también estaban en la
subasta.
Lo único probado es que ni el denunciante ni el acusado hicieron
puja y que el primero se adjudicó el lote de grúas por gestión
directa por 3.525.000 pesetas. Todo ello después de que previamente
el acusado le preguntara a éste por los lotes por los que estaba
interesado y le dijera que «le dejara actuar a él, porque conocía
perfectamente este mundo, y que ya lo arreglarían», dice la
sentencia.
La juez tiene en cuenta, además del testimonio del denunciante
en el juicio refiriéndose a que sólo hubo un intercambio de
palabras entre él y el subastero, la declaración del asesor fiscal
del hombre que fue interpelado por el sospechoso.
El denunciante, novato en subastas, dijo que el «acusado formaba
parte de un grupo de personas que le hablaron de llegar a un
acuerdo». El fallo, sin embargo, deja claro que «no se sabe si el
acusado llevaba o no la voz cantante, ni siquiera si era o no el
que hablaba de acuerdo» y que el asesor tampoco oyó cantidad
concreta alguna». «Lo que sí sabe es que no se pujó y que su amigo
no le ofreció ni entregó cantidad alguna».
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