El fiscal, en una calificación a la que se ha adherido la acusación
pública que ejerce el IB-Salut, considera que el hombre que el
pasado jueves presuntamente golpeó en la cara a un médico del
consultorio de Sant Josep al no recetársele la medicación que
demandaba cometió un supuesto delito de atentado merecedor de dos
años de cárcel.
Asimismo reclama otra condena de dos años por las lesiones
oculares sufridas por el facultativo, quien llegó a padecer un
desprendimiento de retina después de que, según el sindicato
médico, sufriera una rotura en las gafas por la agresión.
El paciente, que, junto con la víctima, compareció ayer en los
juzgados para un juicio rápido que finalmente se verá en los
próximos días al no llegarse a un acuerdo entre las partes, también
debe enfrentarse a una posible multa por los daños ocasionados en
el inmueble y por las lesiones padecidas por un testigo que
intervino al ver lo que ocurría. Por la primer falta se reclama el
pago de 180 euros y por la segunda 120. Todo ello,
independientemente de las indemnizaciones que se puedan establecer
el día del juicio como abono de las responsabilidades civiles que
se consideren exigibles por lo sucedido.Las penas pedidas son
especialmente elevadas en este caso al aplicarse el artículo 550
del Código Penal, que se introduce cuando las agresiones son contra
funcionarios públicos en el jercicio de su cargo.
El acusado manifestó en su día a la Policía Local de Sant Josep
que había reaccionado violentamente ante el temor de poder entrar
en coma, porque sufría una grave dolencia, pareja a fuertes dolores
de cabeza, si ésta no era tratada. El médico, por su parte, declaró
su sensación de que éste actuó premeditadamente al abrirle la
puerta.
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