BÀRBARA MUNAR
El descontento de los comerciantes del barrio de ses Figueretes todavía tiene un papel importante en la situación de conflicto que se vive en la zona. Según la mayoría de propietarios, desde la manifestación para pedir más control, casi no ha aumentado la presencia policial en el barrio: «A principio de temporada veía más movimiento, pero ahora no sé donde se meten [los policías]. Parece que se aburren de estar en el barrio», comenta con ironía Ana Tur, propietaria de un pequeño supermercado.

La situación ha llegado a tal extremo que en la tienda ya no venden botellas de cerveza de litro: «No tenemos cartones de vino ni cervezas grandes para no tener que vendérselas y que no beban en la calle. Estoy perdiendo negocio por ellos», explica. Su marido, Juan Arteaga, igualmente disgustado, explica que de vez en cuando ve un coche de policía en la calle y que desde la manifestación ha notado un poco el incremento de agentes, pero «no ha sido para echar cohetes. No lo entiendo, con los impuestos que pagamos podríamos tener más policías en la zona», dice con cierto agravio.

Mónica García, propietaria de una tienda de animales, asegura que la presencia policial siempre ha sido escasa y afirma que el barrio sólo mejorará con la constancia de la policía: «Es una situación que de un día para otro no se puede cambiar, porque hay pocos policías y más barrios conflictivos, pero si todos los días se vieran policías, la delincuencia disminuiría». Del mismo modo opina Ana Pujol, una mujer que trabaja como dependienta en un souvenir.

Hace 4 años que Julia no trabaja en la tienda y asegura que ha notado un cambio desde la última temporada: «Ahora todo está mucho peor que antes», explica. Julia también destacó la figura del policía de barrio y aseguró que sería una buena manera de mejorar el estado de la zona: «Yo pienso que un policía que va paseando por la acera impone más que el que va en coche porque lo ves más de cerca».

Julia López es dependienta en un souvenir de Figueretes y opina que, como la mayoría de los comerciantes, prácticamente no ha cambiado nada desde la manifestación: «Lo único que he notado es que el retén está abierto». Su reapertura era una de los temas que pedían los vecinos del barrio, porque al parecer antes siempre estaba cerrado.

Por su parte, Leopold Llombard, concejal de Gobernación de Eivissa y responsable político de la Policía Local, explicó a este diario que tras la manifestación no se han contratado más agentes, pero que durante la jornada hay más policías que se patrullan por las calle del barrio.