El cadáver de la doctora Gloria Sanz apareció ayer sobre las 17,00 horas de la tarde en el bosque de Port de l'Ordal, próximo a Vilafranca del Penedès, en Barcelona, después de que su ex novio, Fernando Adalid, confesara la autoría del crimen mientras era trasladado e indicara el lugar exacto en el que se encontraba el cuerpo. El cadáver se encontraba en un avanzado estado de descomposición.

Según confirmó ayer el subdelegado del Gobierno en Tarragona, Àngel Sagardoy, Adalid Penas confesó la autoría del crimen mientras era trasladado en un furgón policial hasta Tarragona, procedente de Barcelona, adonde llegó ayer mismo de Holanda, país en el que fue detenido tras ser cursada una orden internacional de búsqueda y captura. Al cierre de esta edición no habían trascendido más detalles sobre la confesión de Adalid.

Aunque el joven manifestó en un primer momento no saber nada de la desaparición de su novia, huyó a Amsterdam desoyendo las órdenes de los agentes de mantenerse localizable. La semana pasada fue localizado en la capital holandesa por las autoridades del país después de que se comprobara que había comprado un billete de la compañía Iberia para viajar a dicha ciudad.

La huida supuso un punto en su contra para los investigadores que se unía además a las pruebas ya encontradas y que le apuntaban como principal sospechoso de la desaparición de la doctora: como las manchas de sangre que fueron encontradas en el asiento de su coche y que coincidían con las que había en casa de la joven. Además se da la circunstancia de que antes de la desaparición de Gloria Sanz, la pareja había tenido una discusión y habían decidido posponer la boda que en un principio tenían planeada.

Sobre las 19,30 horas de ayer, la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Vilafranca, Maria Emma Ortega, se trasladó al lugar donde fue hallado el cadáver de Glòria Sanz, acompañada del forense. La juez debía ordenar el levantamiento del cuerpo para que éste fuera trasladado a la clínica forense del juzgado para su identificación.